Damos
cerrojazo
a un
año
2014
y
llega
otro,
el
2015,
tan
apasionante
como
el
anterior.
Para
culminar
este
ejercicio
hemos
querido
charlar
con
un
jurista
de
primera
fila.
Pocos
como
Javier
Puyol,
socio
responsable
del
área
de
litigación
de
ECIX
Group
conocen
el
mundo
de
la
tecnología
y de
la
privacidad.
Nadie
como
él
para
definir
la
figura
del
emprendedor
jurídico
que
tanto
ha
impulsado
nuestra
publicación.
Tras
una
etapa
llena
de
éxitos
profesionales
en
la
asesoría
jurídica
contenciosa
corporativa
de
BBVA,
hoy
le
tenemos
en
uno
de
las
firmas
legales
punteras
en
privacidad
y
compliance.
Hablamos
con
él
cuando
acaba
de
regresar
de
Honduras,
como
asesor
que
es
del
gobierno
de
este
país
en
materia
de
privacidad:
“Trabajamos
en
un
proyecto
de
la
UE y
del
propio
Gobierno
de
este
país
que
desde
su
Instituto
de
Acceso
a la
Información
Pública
(IAIP)
está
liderando
un
anteproyecto
de
ley
de
protección
de
datos”,
apunta.
Su
papel
ha
sido
de
liderar
a
los
expertos
internacionales
que
apoyan
este
cambio
normativo.
Con
Javier
hemos
hablado
de
la
actualidad;
de
los
ciberataques
y su
prevención;
del
cierre
de
Google
News
o
del
futuro
de
la
privacidad
en
un
entorno
europeo.
Lo
que
más
llama
la
atención
al
periodista
es
su
claridad
de
ideas
sobre
todos
estos
temas:
“Es
obvio
que
el
Estado
debe
adelantar
los
fondos
para
sufragar
la
citada
investigación
y se
persigan
esos
hechos
delictivos.
Sin
embargo,
una
vez
que
los
culpables
han
sido
detenidos,
lo
razonable
sería
que
los
responsables
de
ese
delito
pagaran
los
costes
de
dicha
investigación”
comenta.
En primera
persona
“Este
año
2014
ha
sido
clave
en
mi
carrera
profesional.
Tras
dieciséis
años
como
director
de
la
asesoría
jurídica
contenciosa
corporativa
de
BBVA
decidí
emprender
otro
rumbo
profesional.
Atrás
quedaba,
la
judicatura
y el
Tribunal
Constitucional.
Hay que
recordar
con
cariño
la
experiencia
en
la
entidad
financiera;
pude
ver
el
ejercicio
de
abogacía
desde
fuera
desde
la
gran
empresa
perdiendo
algo
la
perspectiva
del
abogado
individual.
En septiembre
de
este
2014
que
estamos
acabando
llegó
el
momento
del
cambio.
Fue
el
momento
de
revisar
las
ofertas
que
me
habían
llegado:
reconozco
que
también
otra
entidad
financiera
me
propuso
llevar
su
asesoría
jurídica;
propuesta
de
algún
fondo
americano.
Incluso
pude
haber
creado
mi
propio
despacho
al
igual
que
ideas
de
montar
el
área
tecnológica
en
algun
despacho.
En este
contexto
apareció
ECIX
Group;
mi
apuesta
personal.
Creo
realmente
que
esta
firma
pertenece
a la
avanzadilla
de
la
abogacía
en
muchos
aspectos.
Pese
a su
juventud
el
despacho
tiene
las
ideas
muy
claras
de
abarcar
nuevas
líneas
como
el
compliance
y el
asesoramiento
integral
a
empresas
e
instituciones
en
estos
temas.
Dentro
de
la
firma
soy
responsable
del
área
de
litigación,
de
nueva
creación
y
también
parte
de
mi
cometido
está
en
reforzar
la
parte
de
e-derecho
y
compliance
que
pensamos
tendrá
a
corto
plazo
más
aceptación
si
se
aprueba
como
así
parece
la
reforma
del
Código
Penal
donde
matiza
la
figura
de
la
responsabilidad
penal
de
las
personas
jurídicas.”
Sr.
Puyol,
hemos
despedido
un
año
y en
una
época
de
reformas
donde
de
nuevo
se
vuelve
a
tocar
el
Código
Penal
¿Era
necesario
este
nuevo
cambio
normativo?
Es preocupante
esta
actitud
del
legislador.
Es
evidente
que
son
numerosas
las
reformas
del
Código
Penal
desde
1995.
Recuerdo
un
artículo
que
publiqué
hace
dos
años
en
la
revista
del
Colegio
de
Procuradores
sobre
la
Ley
de
Enjuiciamiento
Civil
pasada
del
2000
y
solo
en
ese
año
se
había
producido
alrededor
de
veintisiete
reformas.
No
tiene
sentido
que
en
este
texto
se
generen
tantas
reformas.
Y es
coherente
esta
reforma
penal
para
que
el
compliance
tenga
acomodo
en
las
empresas
como
sistema
de
prevenir
los
riesgos
legales…
A diferencia
de
otras
que
hace
el
legislador
a
golpe
de
telediario,
creo
que
esta
reforma
es
necesaria,
no
tanto
por
el
tema
penal,
de
hecho
desde
la
implantación
de
la
figura
de
la
responsabilidad
penal
de
las
personas
jurídicas
apenas
ha
habido
sentencias.
Si buscamos
un
símil,
en
1984
cuando
se
promulga
la
Ley
de
Consumidores
y
Usuarios
se
tiene
la
sensación
que
era
una
norma
innecesaria.
De
hecho
la
ley
tardó
en
cuajar
muchos
años
aunque
realmente
cuestiones
como
el
uso
de
las
tarjetas
de
crédito
en
las
rebajas
justifican,
entre
otros
motivos,
su
vigencia.
Ahora
se
trata
de
organizar
todas
las
piezas
del
puzle
y
aquí
no
están
organizadas
por
lo
que
vemos.
Se
sacará
adelante
la
reforma
penal
pero
si
en
paralelo
no
sacas
una
reforma
procesal
que
agilice
los
procedimientos
nos
quedamos
a la
mitad
Javier
Puyol
acaba
de
regresar
de
Honduras
como
asesor
en
materia
de
privacidad
del
Gobierno
de
este
país
centroamericano…
Hemos
estado
trabajando
en
un
proyecto
de
la
UE y
del
propio
Gobierno
de
este
país
que
desde
su
Instituto
de
Acceso
a la
Información
Pública
(IAIP)
está
liderando
un
anteproyecto
de
ley
de
protección
de
datos.
En mi
caso
me
he
encargado
de
liderar
al
grupo
de
expertos
internacionales
que
asesoran
a
esta
entidad
y a
este
cometido
tan
ambicioso.
Se
trata
de
crear
una
norma
adecuada
a
los
estándares
internacionales,
como
primer
objetivo.
Al mismo
tiempo
queremos
que
sea
una
ley
lo
más
avanzada
posible
evitando
esas
carencias
que
observamos
en
la
legislación
europea
e
iberoamericana.
De
esta
forma
estamos
analizando
cuestiones
como
el
cloud
computing;
Big
Data
que
ya
deben
de
incorporarse
a
cualquier
legislación.
Hablar
de
privacidad
es
hacerlo
de
Google
y de
su
poder
en
este
sector.
¿Esperaba
un
desenlace
como
el
que
ha
sucedido
en
España
con
el
cierre
de
Google
News?
Google
es
una
empresa
que
es
muy
denostada
no
siempre
con
razón.
De
todas
formas
hay
que
darse
cuenta
que
es
una
entidad
avanzada
a su
tiempo.
Nadie
duda
que
ha
supuesto
una
gran
revolución
en
el
campo
de
la
información
y
privacidad.
Es evidente
que
todas
las
empresas
o
cuestiones
avanzadas
a su
tiempo
tienen
un
problema
regulatorio
importante.
En
Honduras,
en
el
proyecto
del
que
soy
uno
de
los
coordinadores,
una
de
las
propuestas
plasmada
en
el
texto
es
establecer
unos
principios
sólidos
que
regulen
el
desarrollo
de
las
nuevas
tecnologías
para
evitar
cualquier
tipo
de
vacío
normativo.
Sobre
el
desenlace
de
Google
News
era
algo
que
hay
que
entender
como
normal
dentro
del
contexto
en
el
que
ha
sucedido.
Hay
que
darse
que
en
este
conflicto
todas
las
partes
tienen
su
punto
de
razón.
Por
ello
hay
que
buscar
un
punto
de
encuentro
en
esta
controversia.
¿Es
previsible
un
efecto
dominó
y
que
otros
buscadores
hagan
lo
mismo
y
cierren
su
servicio?
Creo
que
no
tiene
que
haber
ese
efecto
contagio
que
algunos
expertos
señalan.
Hablar
de
privacidad
es
hacerlo
de
las
Agencias
de
Protección
de
Datos.
Es
evidente
el
cambio
de
tendencia
en
la
AEPD,
regulador
español.
Es un
cambio
lógico
que
era
de
esperar
porque
los
tiempos
están
cambiando.
En
un
momento
tuve
la
oportunidad
públicamente
de
que
los
comisionados
de
Honduras
hayan
cogido
un
planteamiento
mío:
la
protección
de
datos
tiene
como
punto
de
partida
la
defensa
a
ultranza
del
ciudadano
y
eso
no
se
puede
discutir.
Pero
esta
defensa
del
ciudadano
es
el
punto
de
llegada
de
la
privacidad.
Hay
que
darse
cuenta
que
la
privacidad,
el
mundo
digital
tiene
otra
proyección
que
es
mucha
más
amplia
que
el
propio
ciudadano.
Sabiendo
que
hay
dos
modelos
de
privacidad,
el
americano
más
abierto
y el
europeo
bastante
restrictivo
da
la
sensación
que
encontrar
un
modelo
global
de
privacidad
único
no
es
sencillo.
Me encantaría
que
se
lograse
ese
modelo
único
del
que
usted
habla,
pero
en
estos
momentos
buscar
este
objetivo
es
una
entelequia.
En la
actualidad
debemos
tender
a un
modelo
europeo
que
sea
comprensivo
a la
evolución
que
se
genera
en
la
privacidad.
A nadie
se
le
escapa
que
el
modelo
español
puede
mejorar
en
el
sentido
de
que
sabiendo
la
prioridad
que
hay
por
la
defensa
del
ciudadano
y
sus
derechos
hay
que
buscar
también
el
desarrollo
de
la
industria;
del
mundo
digital
que
cambia
todas
nuestras
relaciones.
Sin
embargo
da
la
sensación
que
encontrar
un
Reglamento
Europeo
de
Protección
de
Datos
no
va a
ser
tarea
sencilla,
ahora
se
habla
para
el
2018.
No es
fácil
encontrar
unas
pautas
comunes
en
esta
negociación.
Hay,
además
muchos
intereses
en
juego.
Hablamos
de
un
mundo
virtual
que
cada
vez
va
ganando
importancia,
lo
que
genera
una
nueva
regulación
de
forma
progresiva.
Conocemos
la
llamada
protección
de
datos
terrenal
pero
realmente
tendemos
a la
llamada
protección
de
datos
virtual
que
conlleva
muchos
desarrollos
como
Internet
de
las
cosas,
Big
Data,
por
citar
algunos
de
los
más
importantes.
¿Y
será
posible
llegar
al
concepto
privacy
by
design
del
propio
Reglamento
Europeo,
o es
algo
más
utópico?
Es posible
y es
necesario
tender
a
ello.
El
problema
que
nos
encontramos
es
que
hay
un
avance
desmesurado
de
la
técnica.
Ese
avance
no
es
seguido
por
el
legislador,
es
muy
complicado
lograr
la
regulación
que
se
necesita.
Tampoco
las
prácticas
sociales
van
al
mismo
tiempo
que
esos
cambios
tecnológicos
de
los
que
hablamos.
De
todos
estos
cambios
que
llegan
ya
nos
dijo
en
la
entrevista
pasada
que
el
Big
Data
era
el
reto
más
imperioso
que
regular.
Las
reformas
del
Ministro
de
Justicia,
Rafael
Catalá
están
marcadas
por
la
prudencia,
como
no
puede
ser
de
otra
forma
en
algo
tan
sensible
como
es
la
justicia.
Igual
está
pasando
en
Honduras
donde
no
se
buscan
modelos
represivos
para
las
personas
sino
aquellos
otros
que
estén
más
en
contacto
con
la
sociedad
y
las
personas.
Al mismo
tiempo
es
evidente
que
la
regulación
de
todos
los
cambios
tecnológicos
no
es
posible,
quedan
obsoletas
en
un
tiempo
muy
escaso.
Cualquier
regulación
que
se
haga
debe
buscar
perdurar
en
el
tiempo.
Respecto
al
Big
Data
hay
que
tener
en
cuenta
que
se
debe
partir
de
una
defensa
a
ultranza
de
los
ciudadanos.
Esta
es
una
aplicación
que
tiene
muchos
riesgos
en
la
intromisión
de
la
vida
de
las
personas.
Por
eso
hay
que
buscar
que
sea
respetuoso
con
esa
privacidad.
En este
caso
hablaría
de
privacidad,
de
protección
de
datos
y de
confidencialidad.
Sin
embargo
el
factor
clave
es
la
confianza.
Hay
que
apostar
por
la
confianza
y
transmitir
a la
sociedad
en
el
desarrollo
de
la
técnica.
Cuando
no
hay
confianza
surgen
las
dudas;
tanto
en
la
regulación
como
en
su
confidencialidad
o
privacidad.
Hay
que
buscar
una
regulación
que
impulse
la
confianza
en
el
uso
y
desarrollo
de
la
tecnología.
¿Cómo
cree
que
va
evolucionar
el
modelo
español
de
privacidad,
según
muchos
colegas
suyos
uno
de
los
más
restrictivos
de
Europa?
Hay que
darse
cuenta
que
en
ese
escenario
es
posible
que
coexista
con
un
Regulador
Europeo
que
generará
un
marco
uniforme
y
estable
en
materia
de
protección
de
datos.
Hay
que
darse
cuenta
que
la
última
directiva
comunitaria
que
data
de
1995
se
ha
quedado
obsoleta
mientras
que
la
tecnología
ha
avanzado
muchísimo.
Ese
marco
más
estable
es
un
valor
a
tener
muy
en
cuenta.
Estoy
convencido
que
los
reguladores
de
cada
país
estarán
más
cercanos
de
los
problemas
de
la
sociedad.
Es
posible
que
su
papel
cambie
ante
la
irrupción
de
ese
Regulador
Europeo.
En
este
contexto
y
volviendo
a la
actualidad
no
podemos
de
dejar
de
hablar
de
los
ciberataques.
Sony
Pictures
lo
ha
sufrido
al
proyectar
la
polémica
cinta
“The
Interview”.
Estamos
ante
otra
vertiente
de
la
privacidad.
Es otra
vertiente
de
la
privacidad
que
hasta
hace
poco
no
la
teníamos
en
cuenta.
De
hecho
algunos
datos
recientes
señalan
que
el
dinero
que
se
mueve
por
la
ciberdelincuencia
empieza
a
superar
el
del
tráfico
de
drogas.
La ciberdelincuencia
es
la
otra
cara
del
auge
de
la
tecnología.
Esto
hará
que
a
nivel
estatal
cada
país
desarrolle
su
estrategia
de
ciberseguridad,
como
ha
hecho
nuestro
país
desde
hace
un
año
con
la
llamada
Estrategia
de
Ciberseguridad
Nacional
y
que
empieza
a
dar
sus
frutos
su
implantación.
¿Le
gusta
como
se
está
desarrollando
el
modelo
de
ciberseguridad
español?
Me parece
el
oportuno
desde
luego.
He
tenido
la
oportunidad
de
conocer
a
fondo
la
actividad
de
INCIBE,
nuestro
centro
neurálgico
de
ciberseguridad
por
excelencia.
Su
labor
es
espléndida
aunque
hay
que
darse
cuenta
que
estamos
ante
un
mundo
nuevo.
De
momento
es
más
noticia
el
ciberataque
que
una
posible
ciberdefensa.
De
todas
formas
si
nos
atenemos
al
informe
publicado
por
ENATIC
e
ISMSForum
es
complicado
frenar
un
ciberataque
aunque
sí
mitigar
sus
efectos.
Es así,
pero
siempre
se
puede
diseñar
una
política
preventiva
para
frenar
sus
efectos.
La
atención
del
Gobierno
al
INCIBE
demuestra
que
la
cuestión
es
importante
y
que
éste
es
un
escenario
para
que
se
estreche
la
colaboración
entre
las
entidades
públicas
y la
empresa
privada.
Ahora
en
el
Parlamento
se
está
debatiendo
alguna
reforma,
a
través
del
Código
Penal
del
que
hemos
hablado
al
principio
de
la
entrevista.
Y es
que
la
ciberdelincuencia
no
es
la
misma
ahora
que
en
1995.
Además
no
es
sencillo
encontrar
al
ciberdelincuente,
se
necesita
investiga
mucho
y
con
rapidez.
En cualquier
ciberataque
que
se
genere
hay
que
analizar
con
calma
el
hecho,
son
investigaciones
costosas
hasta
que
al
final
encuentras
al
delincuente.
El
último
más
sonado
necesitó
de
un
año
hasta
dar
con
los
malhechores
cibernéticos.
Es evidente
que
tras
la
condena
a
estas
personas
desde
el
punto
de
vista
de
la
responsabilidad
civil
deberían
abonar
una
cantidad
a la
empresa
víctima
de
ese
ataque.
Lo
que
habría
también
que
evaluar,
al
mismo
tiempo,
es
que
nos
cuesta
a la
sociedad
esa
investigación.
Es obvio
que
el
Estado
debe
adelantar
los
fondos
para
sufragar
la
citada
investigación
y se
persigan
esos
hechos
delictivos.
Sin
embargo,
una
vez
que
los
culpables
han
sido
detenidos,
lo
razonable
sería
que
los
responsables
de
ese
delito
pagaran
los
costes
de
dicha
investigación.
Que el
delincuente
tuviera
que
pagar
los
costes
de
la
investigación
en
ese
ciberdelito
podría
ser
un
elemento
disuasorio
para
evitar
este
tipo
de
prácticas
que
generan
cuantiosas
pérdidas
para
las
empresas. |