La
administración
de
justicia
española
nunca
ha
tenido
un
sistema
de
información
rápido
y
eficaz
y se
tendría
que
haber
llevado
a
cabo
mediante
un
plan
serio
de
informatización
plena,
lo
que
todavía
no
se
ha
hecho.
Consecuentemente,
carece
de
una
fácil
información
y
por
tanto
se
desconocen
las
circunstancias
personales,
y
familiares
de
los
condenados,
en
la
vía
criminal,
así
como
los
que
no
saben
nada
de
ellos.
Así
las
cosas,
de
la
administración
de
justicia
en
España
hace
realidad
el
símbolo
de
la
diosa
justicia
con
la
venda
en
los
ojos,
pero
en
este
aspecto
para
mal,
no
expresivo
de
su
independencia
si
no
de
su
total
ceguera
y
del
más
elemental
conocimiento
e
información.
No
es
una
manía
lo
de
la
informatización,
muy
sentida,
profunda
y
realmente.
Resuelto
lo
anterior;
se
levaría
a
cabo
un
paso
de
gigante
en
orden
a
que,
cómoda
y
fácilmente,
los
jueces,
tribunales
y
demás
funcionarios,
secretarios
y
oficiales
tengan
acceso
a
una
información
de
la
realidad
procesal
que
concretamente
les
interese,
y
lógicamente
que
esté
protegida
y no
se
trate
de
un
acceso
indiscriminado,
ni
muchísimo
menos,
con
fines
extraprocesales.
Si
se
tiene
día
a
día,
es
decir,
actualizada
de
inmediato,
pues
los
diferentes
órganos
jurisdiccionales
ya
no
estarán
a
ciegas
ni
merced
a lo
que
salga
en
los
medios
de
comunicación,
ni
menos
a
base
de
conjeturas
o
sospechas.
Todo
el
proceso
de
informatización,
que
será
lento
y
costoso,
evitaría
desde
luego
los
sucesos
tan
sumamente
lamentables
que
se
han
venido
produciendo,
y lo
que
es
peor,
que
se
seguirán
produciendo,
pues
no
hay
que
olvidar
el
posible,
más
aún,
probable
fallo
del
factor
humano
en
la
administración
de
justicia.
No
se
les
puede
exigir
a
unos
funcionarios
del
nivel
que
sea,
jueces,
fiscales,
secretarios,
oficiales,
etc.
que
tengan
una
especial
predisposición
en
el
sentido
de
tener
que
llevar
a
cabo
investigaciones
semi-policiacas
para
saber
y
tener
sobre
la
mesa,
la
situación
de
los
justiciables
(Libertad,
libertad
con
fianza,
libertad
provisional,
prisión
incondicional,
cumplimiento
de
la
pena,
suspensión
de
la
misma,
etc.).
Lo
anterior
actualmente
es
sumamente
importante.
Se
necesita
más
que
reformas
legales,
orgánicas
o de
procedimiento
que
se
mueven
solo
en
la
superestructura
que
supone
por
su
abstracción
toda
la
Ley.
No
cabe
duda
de
que
exigirá
ese
proceso
de
informatización
una
notable
inversión
y la
colaboración
de
informáticos
profesionales
para
sin
duda
inducir,
de
acuerdo
con
un
cuestionario
único
que
se
les
entregue,
y
así
establecer
establecer
la
puntual
y
exhaustiva
relación
informática
que
debe
unir
a
todos
los
órganos
jurisdiccionales.
De
momento
se
alejarían,
las
temibles
situaciones
producidas:
olvido
de
un
preso
en
la
cárcel
habiendo
sido
absuelto,
y se
excede
más
de
un
año
la
continuación
de
la
situación
indebida
en
prisión,
a
pesar
de
la
sentencia
absolutoria,
asesinos
incorregibles
deliquetes
sexuales
que
campean
por
todo
el
territorio
español
,
sin
control
ni
orden
ni
concierto,
con
la
inminente
probabilidad
de
delinquir,
presuntos
asesino
u
homicidios
que,
sistemáticamente,
le
toman
el
pelo
a
las
órdenes
jurisdiccionales
de
alejamiento
y se
dedican,
como
si
fuera
un
dramático
deporte
nacional,
a
privar
de
la
vida
a
sus
familiares
más
próximos.
La
visión
horripilante
de
un
hombre
con
la
cabeza
de
su
madre
en
la
mano,
debiera
poner
los
pelos
de
punta
a
nuestros
poderes
públicos
si
es
que
tienen
alguna
sensibilidad.
La
lista
de
los
llamados
“fracasos”
del
sistema,
la
verdad
que
no
lo
son
del
sistema,
sino
la
falta
absoluta
de
medios
materiales
e
instrumentos
y
personal
para
llevar
cumplidamente
su
función.
De
otra
parte,
alejaríamos
el
peligro
de
los
errores,
olvidos
e
ignorancias,
cuando
no
desidia
y
negligencia
que
comporta
de
suyo
el
llamado
factor
humano,
así
como
a la
crueldad,
se
le
haría
muy
difícil
la
aparición
de
hechos
semejantes,
producto
de
mentes
enloquecidas
por
la
bajeza
de
sus
pasiones
o la
vileza
de
su
personalidad.
Las
Leyes
lo
que
deben
ser
es
correctamente
aplicadas,
pero
no
estar
constantemente,
con
el
trajín
y el
zarandeo
de
las
reformas
a
cuestas,
porque
en
realidad,
insistimos,
por
lo
general
a
veces
resuelven
más
bien
poco.
Manuel
Cobo
del
Rosal
Abogado
y
Catedrático
de
Derecho
Penal.
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