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Alexandra Maeder, socia de Santiago Mediano Abogados:
“El trato al cliente es tanto o más importante que el servicio que un despacho de abogados pueda ofrecerle”
MADRID, 28 de MARZO de 2013 - LAWYERPRESS / Luis Javier Sánchez

 

Alexandra Maeder, socia de Santiago Mediano Abogados“No es sencillo vender derecho suizo en un mercado tan competitivo como el español”. Alexandra Maeder, abogada global, ahora socia de Santiago Mediano Abogados conoce a fondo todas las vertientes de la abogacía. Asesora interna; abogada de tribunales, experta en derecho internacional, árbitro, son solo algunas de sus facetas profesionales que ha sabido combinar en estos últimos veinte años, a caballo de su Suiza natal y España como país de destino. “En la abogacía, debes ser bueno y especialista en algún tema. Pero también es muy importante el trato con los clientes. A veces es algo tan sencillo como que exista química entre ambas partes, abogado y cliente”, comenta a la hora de explicar el fenómeno de las boutiques o pequeñas estructuras, ahora en boga, frente a los grandes despachos de toda la vida. Maeder aún se sorprende de la poca estima del abogado en nuestro país aunque considera que esto es debido “al problema crónico de la justicia que cuestiona el trabajo de jueces y letrados y que toda encuesta, y más de este tipo hay que saber interpretarla “.

“Estudié Derecho en Suiza optando por la vía de la abogacía, diferente a la del jurista tradicional. Eso hizo convertirme desde 1996 en abogada cantonal. Esta es una carrera que se suele hacer en siete años, porque hay que añadir un año de prácticas en un despacho y otro medio en un tribunal. Tras las prácticas haces otro examen para ya ser abogado No es necesario inscribirte en ningún colegio de abogados aunque la final te inscribes por las ventajas que ofrecen estas entidades.
Desde ese año 1996 trabajo como abogada inhouse en el grupo Securitas, marca competidora de la que hay en España en estos momentos. En esos cinco años en los que estuve puse en marcha el área jurídica de la firma. En aquel momento creí haber llegado al techo profesional en esta empresa y hacer otras cosas.
Es el inicio de mi carrera como abogada ejerciente. Me asocio a un abogado con experiencia para expandir la firma. La idea era que con el tiempo me encargase del bufete como socia directora. Los asuntos que entraban eran bastante generalistas.
Al cabo de este periodo de tiempo, llega otra decisión importante, el cambio de Suiza por España. Pensé que la transición sería sencilla por mi preparación y formación en derecho internacional e idiomas. La verdad es que no fue así. No es sencillo entrar en el mercado de la abogacía español. Durante un año estuve en la búsqueda de una oferta laboral atractiva.
En este contexto acepto la oferta mi colega suizo David Mülchi & Asociados en Madrid, tenemos la idea de crear un Swisse Desk que apoye la internacionalidad de empresas españolas y helvéticas. Este proyecto se ve interrumpido cuando me incorporo en el 2005 de la firma suiza suizo Froriep Renggli, en la que estoy otros cuatro años. Este es el momento en el que empiezo a trabajar en arbitraje internacional. Trabajábamos bastante el derecho suizo.
En este momento decido realizar un Master en Internet Business, en aquel momento era consciente de las oportunidades que vendrían desde la Red. Era el momento de actualizar conocimientos y saber a fondo cómo funcionaban los modelos de negocios.
Al mismo tiempo soy asesora legal externa de 90.10. SA, start-up de un proyecto de internet tanto a nivel jurídico como empresarial. Después de un año en el 2010 me incorporo a Santiago Mediano Abogados, profesionales que conozco durante el citado Master, mi actual ocupación profesional en temas mercantiles, contratación, societarios y transacciones comerciales”.

Sra. Maeder ¿Qué hay que hacer para tomar decisiones claves en la carrera profesional de un jurista?
Es cuestión quizás de intuición. Sabes que quieres hacer otra cosa y que quieres dar un viraje a tu carrera profesional. Luego el tiempo demuestra si estás o no equivocada.
Mi perfil de abogado no es convencional. También me interesa la parte empresarial de los negocios, no en vano mi padre y abuelo estuvieron vinculados al sector seguros. Sin embargo, siempre vi claro que era bastante compatible con el mundo jurídico.

Del derecho suizo poco sabemos, pero siempre se pone como ejemplo de buena gestión en el mundo del arbitraje.
Es posible que sea más sencillo organizar el sistema arbitral en Suiza, un país más pequeño que el español.
Al final lo que se ha hecho es que todos los cantones o regiones suizos tengan el mismo reglamento arbitral. Esa unificación es bastante interesante para dar credibilidad al arbitraje internacional.

¿Hay mucha diferencia entre el derecho suizo y el español realmente?
No tengo la sensación que exista más normativa española respecto a la suiza, ambas en vigor realmente.
Suiza no está en la Ue pero si está integrada en la organización y hay diferentes convenios bilaterales entre ambas. Mucha de su normativa tiene bastante relación con el derecho comunitario.
Respecto al ejercicio de la profesión, creo que llevamos alguna delantera en cuanto a la formación de los futuros abogados.
Todavía España después de más de cinco años espera modificar su ley de acceso, con unas prácticas y examen, bastante duro, que ya realizamos en Suiza desde hace tiempo.

¿Le sorprende el revuelo que se ha montado en nuestro país con las tasas que quiere aprobar el Ministro Gallardón?
No puedo opinar a fondo de esta cuestión al no ser realmente procesalista. Lo que sí me llama la atención es que las tasas aprobadas en España son bastante más bajas que las nuestras en Suiza. También las personas físicas se ven afectadas en mi país si quieren ir a juicio o apelar una decisión judicial.
Nuestro sistema permite pedir una subvención, sobre todo si las partes no tienen dinero suficiente para pagar ese pleito. Sería un equivalente la justicia gratuita española pero sin los problemas económicos que tiene este modelo en la actualidad.

Volviendo al arbitraje, ¿Es complejo ser un buen árbitro internacional?
En principio el arbitraje internacional no te pide que seas abogado. No obstante, al final partes e instituciones arbitrales confían la mayor parte de los casos en acreditados letrados como árbitros.
Pese a coexistir el arbitraje de derecho con el de equidad, hay pocos arbitrajes internacionales que se gestionen sin ser de derecho.
La elección del árbitro es fundamental en cualquier procedimiento arbitral. Es clave que además de conocer la práctica arbitral conozca el sector objeto de controversia porque su decisión será firme, sin posibilidad de apelación.
Otros rasgos de ese árbitro tienen que ver con el dominio de idiomas y con su disposición a poder llevar ese caso sin demasiados problemas. De esa forma se evita que los arbitrajes se prolonguen en el tiempo.

¿Cómo se ve el fenómeno del arbitraje en nuestro país?
Es evidente que hay un auge y que cada vez se toma más en consideración.
La ley española es atrevida porque deja claro que el arbitraje se gestionará en seis meses, cuestión temporal que no aparece en otras jurisdicciones vecinas, salvo que la voluntad de las partes diga otra cosa al respecto.

Hoy si hablamos de abogado, hay que hacerlo de forma global, muy apoyado por las nuevas tecnologías…
Las tecnologías y, en especial Internet, facilitan el trabajo de los abogados. Tenemos acceso a información de todo tipo aunque la conexión con los tribunales españoles aún debe mejorarse.
Quizás el lado negativo de esta herramienta es la excesiva dependencia. Si pierdes tus mails por un error en tu servidor eso puede generarte muchos problemas. Es fundamental proteger tus datos para que sean realmente confidenciales y estén al margen de cualquier ataque externo.
En el lado de la demanda, es evidente que nuestro cliente tiene más información tanto del despacho como del abogado que le va a llevar su caso. Es el mismo caso de nuestros colegas los médicos que tienen a pacientes más informados aunque no siempre bien informados.

En este contexto, frente a los grandes despachos han surgido estructuras más pequeñas, profesionales que dedican emprender y crear su despacho.
Es algo normal, si vemos el contexto en el que nos movemos. Realmente si tu trabajas bien los clientes te siguen donde vayas. Luego se tratará de que crees una pequeña estructura con la que poder dar servicio a más clientes.
En Suiza la idea del servicio está muy desarrollada. Forma parte de nuestra forma de ser. No tenemos riquezas naturales pero si ofrecemos servicios en nuestro entorno. Todo su sistema económico gira alrededor de esta idea.
En la abogacía, debes ser bueno y especialista en algún tema. Pero también es muy importante el trato con los clientes. A veces es algo tan sencillo como que exista química entre ambas partes, abogado y cliente.

Santiago Mediano, firma de la que usted es socia, también es un despacho peculiar, a caballo entre la gran estructura y la pequeña…
Desde el principio observé un gran compromiso en este despacho por ofrecer un servicio de calidad a sus clientes. En otro entorno que no creyera en este tipo de premisas no creo que hubiera cuajado como abogada.
En un mundo como el actual, se necesita ser rápido y ofrecer soluciones jurídicas en corto espacio de tiempo para determinados negocios.
Otra cuestión que me llamó la atención fue el tamaño de la firma, lo suficiente para tener una infraestructura adecuada que sirva de respuesta a las demandas de los clientes. Además el servicio es bastante competitivo respecto a otros en el mercado. Es fundamental en los tiempos que corren que la relación calidad precio sea interesante para el cliente.
Por último, el capital humano de la firma me llamó la atención. Hay un componente internacional en el despacho interesante y profusión de mujeres con unas edades similares entre todos lo que facilita la convivencia entre todos. Es muy fácil integrarse en cualquier equipo si un caso requiere de varios departamentos de la firma a la vez.

 


 
 

 

 





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