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Jornada celebrada en Valencia que reúne a diferentes expertos para abordar la influencia de las tecnologías en esta lacra Convocados por la Dirección General de Familia y Mujer de la Generalitat de Valencia tuvo lugar en la mañana de ayer jueves una jornada que bajo el título “ Otras formas de ejercer la violencia contra la mujer”, se centró en el llamado acoso digital y el impacto de las tecnologías en las relaciones de pareja. Tras la ponencia de Juan Martínez Otero, doctor en Derecho y profesor de la Universidad Cardenal Herrera (CEU) tuvo lugar una mesa redonda en la que participaron Paz Lloría, doctora en Derecho y experta penalista; Susana Gisbert, portavoz de la Fiscalía de Valencia, Teresa Corcera, policía de la Delegación del Gobierno en Valenci y Alicia Ripollés, psicóloga del Centro Mujer de 24 horas. Todas las expertas coincidieron en señalar la importancia en redes sociales y que ahora en violencia de género es una herramienta clave para el llamado acoso digital. Otra cuestión que señalaron es una interpretación más moderna del actual Código Penal, suficiente para luchar contra estos delitos tecnológicos. En un contexto tan duro como es la violencia de género el uso de las redes sociales se ha convertido en un elemento clave en la relación entre perseguidor y víctima. Según datos de la Fiscalía de Valencia casi el 80 por cien de los delitos que tienen que ver con delitos de expresión llevan el componente tecnológico añadido. “todos estos delitos ya están dentro del Código Penal, son contra la integridad moral, coacciones y no necesitan más regulación”, comenta Susana Gisbert, fiscal de violencia contra la mujer y delitos tecnológicos. Para esta experta esta nueva forma delictiva multiplica el daño para la víctima “ ya que es evidente que lo que se hace en Internet, se queda siempre y su rastro puede dañar la reputación de cualquiera”, comentó. Un dato que se puso de relieve en esta mesa de trabajo fue el componente tecnológico de los llamados delitos de expresión. Todas las ponentes advirtieron como el uso de las redes sociales, whastupp y otras herramientas, casi siempre desde el teléfono móvil genera otra manera de coaccionar a un tercero “ Junto a ello hay una serie de cuentas que se abren en determinadas redes que pueden ser apología de delitos o hechos que pudieran ser así. En este caso sí hay que pedir a las propias redes sociales más rapidez a la hora de cerrar las mismas o denunciar a la policía”, comentó. En su intervención Teresa Corcera recordó la dificultad de perseguir estos delitos, incluso por la Brigada de Delitos Telemáticos a la que ella está adscrita. En muchos casos, resaltó no se puede entrar en la cuenta del posible delincuente. Al mismo tiempo recordó que hay determinadas apps que, descargadas en el móvil, pueden servir para espiar a la compañera de esa persona y saber qué hace y con quién va. Otra cuestión que puede hacerse es enviar mensajes sin que conste quien lo envía con lo cual la impunidad del agresor es notable. Por su parte, la psicóloga Alicia Ripollés se centró sobre todo en los efectos que acarrea en la víctima esta delincuencia digital hasta su aislamiento. Respecto al perfil de la persona agredida digitalmente, en este caso mujer, se habló durante esta mesa redonda en que suelen ser mujeres jóvenes, muchas de ellas ya consideradas nativas digitales, es decir, personas que se han criado al mismo tiempo que se desarrollaban las nuevas tecnologías. Se habló que estas nativas, en algún momento siempre son personajes de riesgo. Las ponentes hablaron de las medidas cautelares, sobre todo centradas en la posibilidad de utilizar determinadas redes o incluso los propios dispositivos móviles, cuestiones que se pueden incluir en las órdenes de protección cuando exista maltrato porque ya hay sentencias que reflejan este tipo de situaciones. Respecto a la fórmula para combatir esta lacra también coincidieron en hablar de la prevención. Fue Paz Lloria, penalista, quien explicó a los asistentes la forma de cometer delitos desde las nuevas tecnologías y apuntó que hay una reforma del Código Penal que se está tramitando donde se contempla la punición del sexting y del ciberacoso. En su opinión, ya se pueden castigar esos delitos por la vía del derecho al honor; a la integridad moral al ser delitos contra la intimidad o coacciones.
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