Esta
valoración
se
respalda
con
el
dato
de
que
en
2013,
de
5.049
procedimientos
concursales,
sólo
en
402
casos
se
logró
la
aprobación
de
convenio.
La
Ley
Concursal
presenta
carencias
que
dificultan
la
viabilidad
de
la
empresa
incursa
en
un
procedimiento
concursal.
Esta
fue
la
opinión
mayoritaria
de
la
mesa
debate
centrada
en
analizar
los
aspectos
y
herramientas
fundamentales
para
garantizar
el
futuro
de
una
empresa
en
crisis,
celebrada
este
viernes
en
el
Colegio
de
Abogados
de
Guipúzcoa,
y
organizada
por
la
firma
jurídica
Hispajuris,
en
el
marco
de
su
XVIII
Congreso
anual.
El
presidente
del
Tribunal
Económico
Administrativo
Foral,
José
María
Mendibil,
criticó
que
no
se
respalde
desde
la
Administración
la
viabilidad
de
las
empresas,
con
ayudas,
que,
dijo,
“sí
se
dirigen
a
bancos
que
no
aportan
nada
al
panorama
industrial”.
Mendibil
criticó
el
afán
recaudador
de
la
Administración
a
veces
en
procedimientos
concursales,
al
amparo
de
la
Ley
Concursal,
que
“favorece
el
hundimiento
de
la
empresa
concursada,
de
modo
que
el
cobro
de
deudas
se
concibe
como
lucha
contra
el
fraude”.
Por
su
parte,
el
presidente
de
la
Cámara
de
Comercio
de
Guipúzcoa,
Pedro
Esnaola,
calificó
la
Ley
Concursal
como
“cortoplacista”,
y
orientada
a
resolver
el
problema
de
administraciones
y de
bancos
ante
empresas
insolventes.
En
su
opinión,
lo
que
late
en
la
Ley
es
la
culpabilización
de
los
empresarios,
en
correspondencia
con
la
presuposición
social
de
que
todos
ellos
son
defraudadores.
Esnaola
criticó
la
cultura
social
imperante,
por
ser
dañina
para
el
emprendedor
y el
empresario.
Puso
de
manifiesto
el
valor
del
aprendizaje
que
generan
proyectos
que
han
fracasado,
consistente
en
“saber
lo
que
no
hay
que
hacer”.
Asimismo,
destacó
el
hecho
de
que
“con
la
pérdida
de
una
empresa
se
pierde
el
conocimiento
de
los
años
de
experiencia
de
la
empresa”.
El
abogado
concursalista
y
socio-director
de
Estudio
Jurídico
SUnion
(despacho
socio
de
Hispajuris
en
San
Sebastián),
José
Luis
Martínez,
aseveró
que
“la
Ley
Concursal
es
un
fracaso
a
efectos
de
lograr
la
supervivencia
de
la
empresa”.
Esta
valoración
la
respaldó
con
el
dato
de
que
en
2013,
de
5.049
procedimientos
concursales,
sólo
en
402
casos
se
logró
la
aprobación
de
convenio.
“La
posibilidad
de
mantenimiento
de
la
empresa
concursada,
pasado
un
año,
sólo
alcanza
el 5
% de
supuestos,
frente
al
20 %
de
países
como
Alemania”,
afirmó.
El
abogado
donostiarra
disertó
sobre
las
herramientas
extraconcursales,
preconcursales
y
concursales
que
pueden
facilitar
el
mantenimiento
de
un
proyecto
empresarial.
A su
juicio,
las
causas
del
fracaso
de
un
concurso
a
efectos
de
propiciar
la
viabilidad
de
la
empresa
son
variadas:
el
tipo
de
empresa,
el
tipo
de
liquidez
que
genere;
la
presentación
del
concurso
a
tiempo,
los
obstáculos
dentro
del
procedimiento
concursal,
y
las
dificultades
de
financiación
de
la
empresa
dentro
del
concurso,
factor
que
resaltó
cómo
una
de
las
claves
para
la
supervivencia
de
la
empresa
en
concurso,
lo
que
requiere
generar
credibilidad.
Por
su
parte,
Pedro
José
Malagón,
titular
del
Juzgado
de
lo
Mercantil
Número
1 de
San
Sebastián
y
encargado
de
la
adjudicación
de
Fagor
Electrodométicos
a
Cata,
centró
su
ponencia
en
los
problemas
técnicos
que
se
plantean
ante
la
transmisión
de
una
unidad
productiva
de
empresas
que
han
pasado
por
un
concurso.
Desde
la
experiencia
del
empresario
que
ha
pasado
por
un
expediente
concursal,
Jokin
Aperribay,
presidente
de
la
Real
Sociedad,
resaltó
los
préstamos
participativos
como
herramienta
clave
del
saneamiento
del
club.
En
su
intervención,
Ion
Ander
Buenetxea,
consejero
delegado
del
Grupo
Alfa,
destacó
los
aspectos
clave
para
lograr
la
supervivencia
del
grupo
en
situación
concursal:
la
buena
relación
con
clientes,
que
mantuvieron
su
confianza,
y el
que
accedieran
a
pagar
con
plazos
más
cortos,
y a
través
de
entidades
bancarias
no
acreedoras,
para
facilitar
pagos
de
la
empresa
a
los
proveedores;
la
decisión
de
romper
la
caja
única
de
las
empresas
del
grupo,
delegando
responsabilidad
en
gerentes,
lo
que
favoreció
la
eficacia;
la
comunicación
intensa
con
los
trabajadores
para
favorecer
reducción
de
plantilla
con
acuerdos
y
ajustes
salariales,
así
como
el
acuerdo
con
los
proveedores
acreedores,
que
se
adhirieron
a
los
convenios
de
acreedores
de
las
distintas
empresas
del
grupo.
El
acto
también
contó
con
la
presencia
de
Lurdes
Maiztegui,
Decana
del
Ilustre
Colegio
de
Abogados
de
Guipúzcoa,
a
quién
se
le
hizo
entrega
de
una
placa
conmemorativa
de
Hispajuris. |