En 1989, hace justo 25 años se estrenó la
segunda parte de la saga 'Regreso al Futuro',
dirigida por Robert Zemeckis, producida por
Steven Spielberg y protagonizada, al igual que
las restantes entregas, por Michael J. Fox y
Christopher Lloyd como Marty McFly y Doc,
respectivamente, junto con Jennifer Parker
(interpretada por Elisabeth Shue). El viaje en
el tiempo de Marty, Doc y Jennifer con el
DeLorean era esta vez hasta el año 2015, en
concreto al
21 de octubre de 2015.
Es decir, dentro de un año. Si echamos la vista
atrás, podemos comprobar como algunos
inventos que sólo se concebían en la
mente del director y quizás del productor, como
las
videoconferencias, el biodiesel, las redes
sociales o las compras por internet ahora
son algo habitual en nuestras vidas. Por lo que
hoy, aprendices de Marty McFly, nos volveremos a
subir en el Delorean a intentaremos imaginar
cómo será 2050 y cómo nos afectará en el ámbito
penal. ¿Serán los mismos delitos en el futuro
que hoy? ¿Cuáles podrían desaparecer, cuáles
pueden surgir?
Por
lo que hoy, aprendices de Marty McFly, nos
volveremos a subir en el Delorean a intentaremos
imaginar cómo será 2050, y cómo nos afectará en
el ámbito penal. ¿Serán los mismos delitos en el
futuro que hoy? ¿Cuáles podrían desaparecer,
cuáles pueden surgir?
Año
2014: Manuel y sus amigos organizan una fiesta
el fin de semana en una casa rural. Manuel bebe
más de la cuenta, mañana trabaja y coge el coche
indebidamente. A los pocos kilómetros en un
control de alcoholemia de la Guardia Civil
supera la tasa de alcohol legalmente permitida.
Se incoan diligencias urgentes en el Juzgado de
Guardia, tras el atestado policial por delito
contra la seguridad vial del Art. 379.2.
Año
2050: Manuel se dispone a arrancar el coche pero
no se enciende. El vehículo ha detectado que
supera la tasa de alcoholemia y no le deja
conducir. A principios del s. XXI diversos
países como
Suecia, Francia, Estados Unidos, Canadá,
Australia o Finlandia
comenzaron a apostar por estos sistemas y las
marcas comenzaron a experimentar y a
introducirlos. Hace años el
alcolock
era una especie de etilómetro donde había que
soplar, ahora los
sensores del coche
son capaces de detectar la embriaguez. De todas
formas, ya todos los coches son “self-driving”,
lo que comenzaron como prototipos de
Google
o
Ford,
se hicieron realidad en torno a 2020,
generalizándose en
2030.
Así, Manuel le dice al coche que le lleve a
casa, y se duerme durante el trayecto. A la
mañana siguiente le despierta su vecina tocando
el cristal. Manuel ha dormido toda la noche en
su coche aparcado en el garaje.
Año
2014: Antonio es transportista de grandes
distancias. Hoy hace el trayecto Munich-Madrid.
Ayer tuvo una mala noche, además estaba un poco
resfriado y con malestar general.
Lamentablemente, en un momento se queda dormido
y colisiona con otro vehículo falleciendo sus
dos ocupantes. Es responsable de dos homicidios
imprudentes.
Año 2050: Antonio viaja en un
convoy de camiones automatizado
junto con otros vehículos de su compañía y de la
competencia. Esto reduce los riesgos y ahorra
combustible. Al encontrarse mal, y los sensores
así se lo confirman, pasa a ser vehículo en
cola, y es el primero el que dirige a los
restantes del pelotón. Así puede descansar y
llegar sano y salvo a su destino.
Año
2014: Una banda de atracadores altamente
especializada roba a mano armada en una entidad
bancaria los 20.000€ de la caja. Además de ser
responsables de un robo con violencia e
intimidación agravado del Art. 242, lo son de
organización criminal.
Año 2050: Debido a la
implantación del ecommerce y el
pago móvil,
el dinero físico
dejó de existir hace muchos años.
Ya no hay hurtos, robos, o falsificaciones de
dinero en efectivo. Siguen cometiéndose estos
delitos y han aparecido otros nuevos, pero a
través de métodos más sofisticados y
tecnológicos.
Año
2014: Ramón cultiva y vende su propio cannabis.
En una operación policial es detenido por
cometer estos delitos contra la salud pública.
Año 2050: Ramón tiene una
tienda donde vende y exporta su cannabis de
autocultivo con las licencias en regla, sus
controles de calidad y paga sus impuestos. El
movimiento legalizador de la marihuana que
comenzó en
Uruguay, Washington,
Colorado o México
ha ido extendiéndose por distintos países. La
propuesta que se hizo en 2014
en Nueva York de un elevado número de notables
líderes internacionales, entre los que se
encontraban varios expresidentes y el
exsecretario general de la ONU, Kofi Annan,
supuso un importante impulso en este sentido.
Los estados tras muchos años y mucho dinero
gastado en la lucha contra la droga se han ido
inclinando por la
regulación y la vigilancia.
Año
2014: La Interpol detiene a una organización
criminal internacional que se dedicaba a comprar
órganos de mendigos en países subdesarrollados y
venderlos en países occidentales.
Año 2050:
Las impresoras 3D se han popularizado y la
creación de órganos in vitro y tejidos celulares
está suficientemente desarrollada. Está técnica
disminuye casi en su totalidad el riesgo de que
los
órganos
sean rechazados por el cuerpo, además ya se
crean nuevos medicamentos personalizados. La
aplicación del Artículo 156 bis del Código Penal
está en desuso.
Año
2014: El Estado islámico (ISIS) está cometiendo
crímenes atroces que constituyan genocidio. Una
coalición de 50 países liderada por Estados
Unidos, está realizando ataques aéreos a través
de bombardeos y utilizando drones.
Año
2050: Los
satélites y drones privados
de ONG’s y organizaciones civiles vigilan las
zonas en conflicto, graban y computan los
crímenes cometidos e identifican a sus
responsables, facilitando su conocimiento y su
persecución. También se utilizan por
asociaciones ecologistas para la prevención y
denuncia de delitos contra el medioambiente.
Como puede imaginar el lector, esto son solo ejemplos de pronósticos y elucubraciones. Algunos puede que se hagan realidad y otros no. Quizá en 2050 sea interesante volver la vista atrás y ver en qué quedó este artículo. Esto no significa que el que dejen de existir unos delitos no surjan otros distintos, lo que sí quiero reseñar es que algunos de los proyectos que actualmente se desarrollan pueden cambiar el mundo por completo tal y como lo conocemos. Cuando las aventuras de McFly y Doc se proyectaban en los cines,
Internet comenzaba a desarrollarse, no existía el iPhone, ni las tablets, ni se había generalizado el GPS.
Google tiene 16 años, Facebook 10 y Twitter nació hace 8.
En el ámbito del derecho penal en 1989 no existían como tales en el ordenamiento español los delitos informáticos, ni la trata de seres humanos, el tráfico de órganos, algunos delitos contra la seguridad vial, el genocidio, ni los delitos de lesa humanidad ni la persona jurídica como sujeto activo penal. Ni siquiera existía nuestro Código Penal de 1995. ¿Cómo cambiará el mundo en los próximos 30 años? Y si todo esto nos da vértigo, Juan Martínez Barea calcula en su libro 'El mundo que viene' que en menos de una década tendremos la mayor globalización, hiperconectividad y aceleración tecnológica de toda la historia, superior a toda la del último siglo. ¡¡En sólo 10 años podríamos avanzar más rápido que en los últimos 100!!
No sólo cambiarán las profesiones, los delitos, o 4.000 millones de personas de países emergentes se incorporarán a los mercados, sino que tenemos que cambiar las mentalidades, las prioridades, la formación y exigir una anticipación y más rápida y mejor capacidad de reacción a nuestras autoridades e instituciones si queremos que España sea un país competitivo, próspero, ilusionante y capaz de afrontar la gran cantidad de retos que vendrán.
Nuestros dirigentes han de plantearse un proyecto de futuro para España y la forma de solucionar no sólo los problemas sino también los que vendrán, y los profesionales y sociedad civil hemos de exigírselo.
Todo ello exige una política legislativa planificada, consensuada y ha de hacerse de una forma pausada, reflexionada e inteligente y no a golpe de titulares, impulsos y promesas partidistas a los que nos tienen acostumbrados y que tanto denunciamos. Martínez Barea
afirma que en el futuro habrá dos tipos de países y dos tipos de profesionales: los preparados y los no preparados. ¿Cuáles queremos ser? ¿En qué tipo de país queremos vivir? |