MARKETING

COMUNICACIÓN

INTERNET

FORMACIÓN

RRHH

PUBLISHING & EVENTS

Q-LAWYER

DIRECTORIO

PORTADA

Noticias de Despachos

Operaciones

Vida Colegial Comunidad Legal Sistema Judicial Internacional
Arbitraje Mediación TIC Abogados Jóvenes Entrevistas Colaboraciones/Opinión Reportajes Agenda BLOGS LP emprende

OPINION

 
Carta al Ministro de Justicia sobre la situación de los Jueces Sustitutos
MADRID, 05 de NOVIEMBRE de 2014 - LAWYERPRESS

Por Jesús Rodríguez. Juez Sustituto

Jesús RodríguezIgnoro si el actual Ministro conoce nuestros problemas, estoy seguro que la ciudadanía no los conoce, por ello, a través de las redes sociales, difundo esta carta en las redes sociales como el medio más eficaz y libre de dar a conocer nuestra situación.

Al ser nombrado como juez sustituto nadie te informa sobre tus derechos y obligaciones, no se firma un mal contrato, no existe un estatuto y, por ejemplo, los módulos de productividad son para nosotros un arcano indescifrable puesto que ni siquiera se nos permite el acceso al área privada de la página del poder judicial.

No hablemos de la formación, por raro que parezca, los jueces titulares  reciben cursos y más cursos sobre las cosas más curiosas y llamativas como la Dirección de grupos humanos, mientras a nosotros, que tenemos la misma responsabilidad, no se nos ofrece un mal curso sobre temas tan importantes como las sucesivas reformas del Código Penal.

Hasta el año dos mil doce, los jueces sustitutos trabajábamos en dos situaciones diferenciadas:

1.            Las sustituciones de corta duración: consistentes en suplir la baja de algún juez titular sobrevenida por alguna razón meramente coyuntural de duración muy breve.

Este tipo de sustituciones implicaban que el juez sustituto era dado de alta y remunerado exclusivamente por aquellos días en que el titular sustituido tenía señalamientos. Personalmente, y por poner un ejemplo, sustituí a una juez titular durante un mes completo por el precio de ocho días, que eran los que tenía señaladas vistas.

Evidentemente las sentencias no se ponen solas, con lo que los días que, de ordinario, se dedican a dictar sentencias, los que no hay juicios, trabajábamos gratis y sin dar de alta en la seguridad social.

Por insólita que parezca esta situación, lo habíamos aceptado y tolerado así y de forma general consentíamos con ello porque, al fin y al cabo, estas maneras que la Administración adoptaba con nosotros formaban parte de nuestro “acervo de derechos y obligaciones” casi como un estipendio que teníamos que pagar por no haber aprobado la oposición.

Me pregunto qué hubiera dicho la inspección de trabajo de haber aparecido por el juzgado un día de esos que no nos pagaban ni cotizaban y habernos sorprendido trabajando sin dar de alta.

Es de suponer que estas sustituciones “no eran un negocio para nosotros” y sí lo eran para la Administración que por el precio de ocho días tenía allí a un señor que le trabajaba treinta.

2. Las sustituciones de larga duración: se producían en los casos en que quedaba vacante la plaza de algún titular y se nos llamaba y trabajábamos en las mismas condiciones que ellos, aunque pagándonos normalmente con uno o dos meses de retraso.

En su descargo la Gerencia correspondiente solía decir que la certificación del secretario le llegaba después de cerrar la nómina correspondiente. No es broma, esto pasaba de verdad en plena era de las tecnologías.

Al terminar estas sustituciones íbamos al paro a cobrar nuestra prestación, después de convencer al funcionario de turno que no formábamos parte de ningún show de cámara oculta y que, realmente, éramos “jueces en paro” y que no cobrábamos absolutamente nada ni estábamos dados de alta entre sustitución y sustitución.

La Administración había prolongado esta situación convirtiendo en duradero aquello que nació como provisional y generando en nuestro colectivo la confianza legítima de que podíamos hacer de esto una profesión. Pero, insisto, fue la Administración la que creó una situación que nosotros aceptamos sin protestar.

En estas circunstancias el anterior Ministro de Justicia no desaprovechó la ocasión de trabajar contra su partido poniendo a todo el colectivo en su contra al iniciar una cruzada contra nosotros en la que con un empeño, digno de mejor causa, se propuso acabar con nosotros.

El primer “gancho al hígado” de nuestro colectivo (la reforma de la LOPJ), lo propinó el día de los Inocentes de 2012, y hay reconocerle que nos mandó a la lona.

Durante todo el año dos mil trece nos tuvo sin trabajar y, por supuesto, sin cobrar nada a medida que se iban agotando las prestaciones por desempleo con lo que no era raro encontrar jueces cobrando el subsidio por desempleo (me pregunto qué opinarían en el resto del Mundo de la famosa Marca España si supieran esto).

Este venablo que había clavado en nuestra espalda comenzó a sobresalir y a sangrar en el pecho y en la boca del servicio público que se prestaba a los ciudadanos.

Los jueces titulares no podían asumir la sustitución de sus compañeros, y esto generó suspensiones de señalamientos, retrasos y el empeoramiento que se puede suponer cuando se ha prescindido de aquellos que dictaban el 30% de las resoluciones que se ponían en el Poder Judicial.

Ahí están las hemerotecas donde puede verse como un Juzgado de Violencia de Género cerraba mientras en el parlamento los partidos políticos hacían una declaración de intenciones para luchar contra esta lacra.

No nos habíamos recuperado todavía del todo cuando recibimos el directo al mentón que supuso el advenimiento de de jueces titulares “sin plaza”, a los que se denominó “ayudantes de JAT” y a los que hubo que colocar como si de un puzle se tratara.

En definitiva el anterior Ministro había hecho un pan con unas tortas, de facto nos eliminó porque mandó a la calle sin indemnización a un buen número de personas cuyo mayor delito era haber servido a la ciudadanía con absoluta dedicación y sin protestar (estamos muy agradecidos por esto al anterior Ministro en particular y al gobierno en general). Pero a cambio había convertido en funcionarios a unos nuevos  jueces que no tenían plaza y que cobraban, lógicamente, todos los días, no como nosotros que, como jornaleros de la judicatura, cobramos sólo cuando trabajábamos.

 Esta nueva puñalada, al final, se había clavado también en el bajo vientre de las arcas públicas que engrosadas con las tasas que pagaban los ciudadanos, decrecían merced a esta manera tan eficiente de gestionar el dinero público.

La gestión del anterior Ministro ha sido para el sector de la Administración de Justicia una verdadera plaga bíblica, y es muy complicado remediar todo el daño que hizo en tan poco tiempo.

Son viejas nuestras reivindicaciones de tener un estatuto propio, un alta y una remuneración continuada (aunque fuera el SMI en los periodos en que no trabajamos, a compensar con los periodos de trabajo), o que cambiara el régimen de compatibilidades profesionales admitiéndose que pudiéramos trabajar en otra cosa, o simplemente que no nombren más gente, que es una vergüenza ver como se incrementa mientras estamos en casa sin hacer nada, y si no nos quieren que nos despidan como a trabajadores normales, con un ERE y nuestra indemnización y no simplemente se limiten a poner a prueba nuestra resistencia económica obligándonos a abandonar so pena de ver cómo nuestros hijos empiezan a pasar estrecheces.

Lo que pedimos es una salida a nuestra situación, nos hemos comportado lealmente con la Administración y hemos trabajado duro durante muchos años por los ciudadanos. Merecemos una mínima consideración y un poquito de respeto.

Por favor dedíquennos un poco de su tiempo.

 

 

 

Buscar en lawyerpress.com

 

Suscribirse a nuestro Boletín semanal

Grupo Paradell

 

 

 

Nosotros  /  Contacto  / MARKETING  / COMUNICACIÓN  / INTERNET  / DIRECTORIO DE BUFETES  / 

copyright, 2014 - Strong Element, S.L.  -  Peña Sacra 18  -  E-28260 Galapagar - Madrid  -  Spain -  Tel.: + 34 91 858 75 55  -  Fax: + 34 91 858 56 97   -   info@lawyerpress.com  -  www.lawyerpress.com - Aviso legal