Quienes le
conocen,
hablan
de
Vicente
Tovar
como
un
estudioso
del
Derecho
con
ánimo
emprendedor.
A
este
granadino,
conocedor
del
arte
de
la
persuasión
como
nos
contó
hace
unos
meses
en
otro
reportaje
http://goo.gl/qWjdTw
,
procedente
de
la
magistratura
donde
paso
veinte
intensos
años,
le
faltaba
el
paso
definitivo
de
convertirse
en
dueño
de
sus
hechos,
tras
tres
años
como
abogado
en
dos
firmas
de
relieve.
Así
ha
nacido
en
la
propia
Granada
Vicente
Tovar
Abogados,
un
despacho
innovador
con
clara
vocación
al
cliente:
“Ofrecemos
un
trato
cercano
y
personalizado
pese
al
nivel
técnico
de
nuestros
juristas
que
antes
le
comentaba.
En
principio,
los
asuntos
que
más
están
entrando
tiene
que
ver
con
la
jurisdicción
civil
y
penal.
Llevamos
algunos
implicados
de
la
trama
de
los
farmacéuticos
en
Teruel;
en
el
tema
de
los
cursos
de
formación
de
la
jueza Alaya
también
gestionamos
algunos
clientes”
comenta
nuestro
interlocutor.
Con
Vicente
hemos
charlado
aprovechando
uno
de
los
escasos
huecos
que
tiene
en
su
agenda.
La
conversación
es
fluida
y
sencilla;
conoce
los
temas
a
fondo
y se
explica
de
forma
amena.
“Ahora
al
abogado
no
le
basta
con
saber
derecho
para
ejercer
su
profesión
como
le
pasa
al
magistrado.
Además
debe
saber
gestionar
un
despacho
y
una
clara
vertiente
comercial..
En
estos
momentos
estoy
más
cómodo
con
esta
vida
más
dinámica.”
En primera
persona
“Desde el
pasado
1 de
octubre
está
abierto
en
la
Gran
Vía
de
Granada
Vicente
Tovar
Abogados,
al
final
mi
proyecto
personal
como
jurista.
Este
mes
y
medio
que
llevo
gestionando
el
bufete
ha
sido
una
experiencia
muy
buena.
Realmente
prevalecen
las
sensaciones
positivas
sobre
las
negativas.
Las
primeras
tienen
que
ver
con
mi
forma
de
ver
la
abogacía
que
intento
desarrollar
todos
los
días.
Marcamos
los
criterios
que
desarrollamos
a la
hora
de
trabajar.
Y lo menos
bueno,
tiene
que
ver
con
los
gastos
y el
pago
de
facturas.
Los
que
hemos
trabajado
en
la
administración
hace
años
o en
despachos
de
abogados
de
cierto
nivel
terminamos
por
acostumbrarnos
a
esta
nueva
forma
de
hacer
las
cosas.
Ahora
sabemos
que
hemos
empezado
bien,
habrá
que
ver
cómo
es
el
siguiente
mes.
¿Qué si me he
arrepentido
de
haberme
metido
en
esta
aventura?.
La
verdad
es
que
no.
Estoy
bastante
contento
con
lo
que
hago
y
con
los
profesionales
que
trabajan
conmigo.
Vicente
Tovar
Abogados
se
configura
con
cuatro
abogados
permanentes,
un
economista.
Al
mismo
tiempo
contamos
con
dos
abogadas
externas
y
otra
experta
en
mediación.
Nuestra firma
está
centrada
en
Granada
aunque
de
momento
han
entrado
más
asuntos
de
fuera
de
la
ciudad,
en
especial
civiles
y
penales.
Es
bastante
posible
que
si
los
asuntos
crecen
en
ciudades
como
Madrid
y
Barcelona
a
medio
plazo
podamos
crear
otra
sede
del
despacho.
Ahora
con
lo
que
contamos
en
estas
capitales
es
con
despachos
colaboradores
asociados
para
cubrir
determinados
asuntos”.
Sr. Tovar
Sabio,
¿Qué
cree
que
va a
hacer
que
su
despacho
sea
contratado
por
terceros
en
un
mundo
tan
competitivo
como
el
legal?
Queremos que
Vicente
Tovar
Abogados
sea
un
despacho
muy
especializado
y
que
así
sea
percibido
por
nuestros
clientes.
Nuestros
profesionales,
pese
a su
juventud,
tiene
una
experiencia
notable
en
materia
legal.
Somos un despacho
diferente
que
queda
reflejado
en
la
propia
estructura
del
mismo
a
nivel
de
inmueble.
Es
un
bufete
moderno,
con
espacios
abiertos
y
tonos
blancos.
La
idea
es
huir
de
la
firma
tradicional
barroca
y
oscura
en
su
mobiliario.
Ofrecemos un
trato
cercano
y
personalizado
pese
al
nivel
técnico
de
nuestros
juristas
que
antes
le
comentaba.
En
principio,
los
asuntos
que
más
están
entrando
tiene
que
ver
con
la
jurisdicción
civil
y
penal.
Llevamos
algunos
implicados
de
la
trama
de
los
farmacéuticos
en
Teruel;
en
el
tema
de
los
cursos
de
formación
de
la
jueza
Alaya
también
gestionamos
algunos
clientes.
El particular
nos
busca
para
temas
que
se
salen
de
lo
normal;
si
es
derecho
penal
algo
más
especializado:
son
asuntos
que
se
salen
de
lo
común.
Los
asuntos
penales
también
tienen
cierta
complejidad
y en
el
ramo
mercantil
temas
societarios
y
concursales.
Hablamos
de
derecho
penal
si
le
parece
un
momento.
¿Cómo
ve
las
reformas
del
Ministro
Catalá,
tanto
la
procesal
como
la
del
propio
Código
Penal?
¿Son
necesarias?
Se aprecia
otro
talante
con
el
Ministro
Catalá.
Da
la
sensación
que
las
reformas
serán
diferentes
de
las
previstas
por
Ruiz-Gallardón.
La
Lecrim
es
necesaria
que
se
reforme,
sobre
todo
para
agilizar
los
procesos
penales.
Es
el
caso
del
secreto
del
sumario,
previsto
para
ese
siglo
XIXI
donde
nació
la
ley
pero
que
ahora
necesita
un
cambio.
Ahora el secreto
de
las
actuaciones
es
complicado
en
una
sociedad
globalizada.
Quizás
habría
que
permitirlo
con
algunos
elementos
muy
excepcionales.
Este
enfoque
obligaría
al
juzgado
a
emitir
comunicados
de
forma
oficial
con
regularidad.
Con
ello
se
evitarían
en
parte
las
filtraciones
que
viven
los
juzgados.
¿Será posible
que
el
proceso
de
instrucción
penal
tenga
un
tiempo
límite,
como
quiere
implantar
el
propio
Ministro?
Con la estructura
existente
judicial
es
complicado
que
se
pueda
poner
en
marcha.
Es
deseable
que
las
instrucciones
sean
más
cortas
y
sería
aconsejable
que
existiera
una
tutela
judicial
real
pero
lo
primero
que
se
debe
hace
es
cambiar
nuestra
estructura
judicial.
El problema
de
la
justicia
es
esta
estructura;
la
actual
es
muy
antigua
y
supondría
reformar
toda
la
Lecrim
para
que
los
procedimientos
sean
rápidos
y se
practiquen
las
diligencias
de
prueba
que
sean
urgentes
y el
resto
se
acumule
en
el
juicio,
como
muchas
veces
se
ha
pensado,
sería
perfecto.
Usted que
ha
sido
veinte
años
magistrado
con
una
notable
carrera
profesional
a
sus
espaldas.
¿Cómo
es
el
trato
diario
ahora,
que
se
presenta
como
letrado?
Veo a los que
eran
mis
compañeros
nerviosos
y
muy
descontentos.
La
desmotivación
es
notable
ya
que
trabajan
muchas
horas
en
malas
condiciones
laborales.
En
muchos
casos
como
hemos
visto
en
el
caso
de
la
Jueza
Alaya
trabajan
con
muchos
obstáculos.
Qué le voy a
decir
de
las
condiciones
de
trabajo
que
usted
no
sepa.
Hace
poco
falleció
un
magistrado
en
una
sala
de
audiencias.
Trabajan
mucho
y
llevan
congelado
su
salario
desde
hace
años
lo
que
les
ha
hecho
perder
una
capacidad
adquisitiva
importante.
¿Ha tenido
que
cambiar
mucho
el
chip,
de
una
profesión
más
jerárquica
como
la
de
magistrado
a su
rol
de
abogado
actual?
Son dos actividades
diferentes.
El
magistrado
tiene
otro
papel
y
siempre
está
en
el
centro
de
todo,
como
autoridad
suprema.
Es
la
consideración
que
existe
en
la
sociedad
a
jueces
y
magistrados.
Los
abogados
son
más
versátiles;
mas
de
trinchera.
Hay
que
pelear
con
el
cliente;
con
la
parte
contrataría
y en
ocasiones
con
los
jueces.
Ahora al abogado
no
le
basta
con
saber
derecho
para
ejercer
su
profesión
como
le
pasa
al
magistrado.
Además
debe
saber
gestionar
un
despacho
y
una
clara
vertiente
comercial.
Al
mismo
tiempo
tienes
que
dar
un
buen
servicio
jurídico
para
que
tus
clientes
se
mantengan
contigo.
En
estos
momentos
estoy
más
cómodo
con
esta
vida
más
dinámica.
Sin embargo
en
este
entorno
las
asociaciones
judiciales
aparecen
más
próximas
que
nunca
aunque
no
hablan
de
unirse
entre
ellas.
Ha sido otro
de
los
problemas
de
la
judicatura.
La
existencia
de
esas
asociaciones
ha
estado
más
cercana
al
asociacionismo
político
que
al
judicial.
Ahora
parece
que
por
fin
se
han
dado
cuenta
que
lo
que
importa
son
los
derechos
laborales
de
los
jueces
y
sus
condiciones
de
trabajo,
lejos
de
otras
interpretaciones.
Jueces
desmotivados
y
abogados
y
magistrados
que
aún
no
pueden
ustedes
utilizar
la
tecnología
y
enviar
sus
asuntos
desde
el
despacho
al
juzgado.
Es muy complicado
lograrlo
lo
que
usted
señala
aunque
no
sé
el
porqué
realmente.
En
otras
administraciones
como
AEAT
o la
Seguridad
Social
funciona
correctamente.
De hecho para
determinadas
reclamaciones
no
hacen
falta
tantos
folios
y sí
desarrollar
un
formulario
específico.
Es
el
caso
de
los
accidentes
de
tráfico,
monitorios
como
casos
más
claros.
La
idea
sería
que
hubiera
formularios
en
las
webs
de
los
juzgados
y
que
se
pudieran
enviar
sin
más
preámbulo.
Aun recuerdo
cuando
de
magistrado
destinado
a
Girona
utilizaba
un
ordenador
para
hacer
mis
sentencias
pagado
con
mi
dinero.
Era
el
año
1999
y
prácticamente
la
situación
no
ha
cambiado
mucho
en
algunos
juzgados.
En
algún
juicio
reciente
en
el
que
han
pedido
mis
clientes
declarar
por
videoconferencia
no
se
ha
podido
por
carecer
los
juzgados
de
infraestructuras
reales.
Andalucía
y
Madrid
son
dos
de
las
CCAA
más
litigiosas
de
España.
¿Cómo
se
resuelve
este
tema?
Lo primero
que
tengo
que
decirle
es
que
los
juzgados
de
costa
generan
mucho
más
trabajo
que
los
del
interior
tanto
civil
como
penal.
Hay
mucho
más
movimiento
de
contratación
inmobiliaria
y
civil,
ahí
están
los
datos.
No son juzgados
cómodos;
hay
más
rotación
de
funcionarios
y
jueces.
La
movilidad
genera
muchas
disfunciones
en
los
juzgados.
Lo
ideal
es
que
el
juez
y su
equipo
lleven
años
en
ese
juzgado
con
lo
cual
la
forma
de
trabajar
se
conoce
tanto
a
nivel
interior
como
de
cara
a
los
letrados.
Con la crisis
la
creación
de
la
Ciudad
de
la
Justicia
en
Sevilla
no
es
viable:
faltan
medios
y
los
ciudadanos
tienen
que
ir
de
edificio
en
edificio
con
la
consiguiente
pérdida
de
tiempo
para
ellos.
¿Cómo ve
un
exmagistrado
reconvertido
en
abogado
el
tema
de
las
Tasas
judiciales?
Dos
años
de
Tasas
en
nuestro
país.
Estoy en contra
de
ellas.
Suponen
una
limitación
real
a un
derecho
fundamental
que
es
el
de
acceso
a la
justicia
y,
por
tanto,
a
una
tutela
judicial
efectiva
recogida
en
nuestra
Constitución.
Son injustas,
frenan
la
interposición
de
demandas,
como
pasa
como
las
reclamaciones
pequeñas
ante
la
Administración,
como
las
multas,
pues
muchos
ciudadanos
desisten
de
ello.
En
estos
temas
la
tasa
tiene
el
mismo
valor
que
la
propia
multa
en
el
posible
contencioso
que
al
final
no
se
interpone.
¿Tiene
solución
este
problema
realmente
a
corto
plazo?
Todo depende
de
lo
que
tenga
el
Ministro
Catalá
en
la
cabeza.
Hay
tasas
muy
desproporcionadas
realmente.
Las
Audiencias
Provinciales
en
jurisdicción
civil
prácticamente
no
tienen
recursos
por
este
motivo.
Hablamos
de
una
tasa
de
800
euros
mas
un
tanto
por
ciento
en
relación
al
pleito
en
cuestión.
A
eso
hay
que
añadir
gastos
de
abogado
y
procurador.
Al
final
la
reclamación
de
4000
euros
no
te
interesa.
En una situación
como
la
que
vivimos
de
crisis
grave
bastaría
con
una
pequeña
tasa
y
especialmente
para
las
personas
físicas
o
jurídicas
que
usan
más
este
servicio.
Es
el
caso
de
bancos,
entidades
financieras
o
seguros
que
están
todos
los
días
en
los
jugados.
La otra
cara
de
este
problema
es
que
al
instaurarse
estas
tasas
los
afectados
por
la
Justicia
Gratuita
han
crecido
en
nuestro
país.
Es cierto,
con
el
agravante
que
la
reforma
de
la
Justicia
gratuita
que
se
plantea
también
es
más
restrictivo
el
modelo
pese
al
momento
de
crisis
que
vivimos.
No
es
bueno
que
en
un
momento
como
el
que
vivimos
se
cierren
las
puertas
a
las
personas
con
pocos
ingresos.
Por cierto,
Vicente
Tovar
Abogados
ha
apostado
por
las
tecnologías
como
herramienta
estratégica
¿Qué
le
aporta
realmente
a su
firma?
Son fundamentales
para
la
visibilidad
de
la
firma
y
tener
presencia
en
el
mercado.
Ahora
cualquier
persona
o
empresa
puede
visitar
tu
web
y
saber
quién
eres.
Es
una
tarjeta
de
presentación
que
todo
el
mundo
revisa
antes
de
quedar
contigo.
Si sabes vender
tu
marca
y
dar
esa
buena
imagen
tienes
ya
un
trecho
ganado
de
cara
al
potencial
cliente.
Incluso
a
través
de
las
redes
sociales
hemos
logrado
captar
clientes.
¿Qué debe
aportarle
un
despacho
de
abogados
a
una
empresa
o
particular
para
que
se
convierta
al
final
en
cliente?
Hay que hacer
de
la
relación
abogado
y
cliente
algo
muy
personal.
Si
van
a
trabajar
contigo
deben
depositar
la
confianza
en
que
lo
sabes
hacer
y le
darás
el
mejor
servicio.
Se
trata
de
tu
expertise
como
abogado
y al
mismo
tiempo
la
empatía
que
puedas
generar
en
esa
relación
profesional.
Al mismo tiempo
se
valora
mucho
que
seas
accesible
en
cualquier
momento
del
dia
y
que
puedas
ajustar
tus
honorarios
al
presupuesto
del
cliente.
Hay
que
tratar
a
los
problemas
de
los
clientes
como
si
fueran
tuyos.
Que
note
que
no
eres
un
asunto
más. |