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19 de ENERO de 2016

Manuel Valero Yáñez, abogado de Turno de Oficio del ICAM, ex presidente de ALTODO y vicedecano del ICAM:

“Mis mejores satisfacciones profesionales las he obtenido defendiendo a justiciables sin recursos.”

LAWYERPRESS / Hans A. Böck

 

Manuel Valero Yáñez es letrado adscrito al Turno de Oficio desde sus comienzo. Hoy es el Vicedecano y Tesorero del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid y acaba de publicar en la Editorial Aranzadi “Como ser abogado de oficio y no tirar la toalla”, un diario en estilo narrativo con apuntes de sus personales opiniones y filosofías, no exentas de misceláneas jocosas, pues en realidad es un mosaico de vicisitudes en las que tampoco faltan ocios, ya que en ningún sitio está escrito que los abogados sean gente irritada, y menos aburridas…

Don Manuel, acaba Usted de publicar un libro de cuya portada ya se puede deducir que es un libro de diversión, más que jurídico. ¡Cuéntenos cuál es la idea del libro!

En realidad el libro es mí diario real desde mayo de 2010 hasta el 17/12/2012 pues lo escribía al final de la jornada, con lo cual es histórico de los sucesos profesionales que me acontecieron y de las epopeyas en las que participé como abogado de oficio y como Presidente de ALTODO.

Divertido espero que le sea al lector pues hubo ciertos sucesos en los que la pluma del autor no podía desdeñar exprimir la punta cáustica que en sí tenían toda vez que en este mundo de la abogacía no faltan hechos satíricos, mayormente en el ámbito de la prestación del Turno de Oficio y por más en los diversos incidentes de las acciones reivindicativas de nuestro colectivo frente el Colegio, el CGAE y los políticos de la Comunidad de Madrid.

De ahí que el libro es un mosaico de acontecimientos en los que narro las actividades de ALTODO y asociaciones hermanas, los eventos, reuniones, acciones, plantes y movilizaciones de los abogados de oficio por conseguir la dignidad del Turno de Oficio y sus abogados en encuentros y desencuentros con  nuestros interlocutores, pero especialmente las polémicas con la Consejería de Justicia, las concentraciones en la Puerta del Sol, la iniciativa del “Oso Moroso”, las manifestaciones, encierros en el Colegio y la huelga de renuncia voluntarias a las guardias.

Tampoco podía faltar en la obra reseñas sobre la coincidencia histórica de nuestras movilizaciones con el nacimiento y protestas de la ciudadanía indignada del 15M en la Puerta del Sol.

Es además mi propio diario profesional y de abogado de oficio en el que comento asuntos judiciales relevantes que llevé o que me fueron asignados por el Turno de Oficio con sus incidencias procesales, vertiendo en ellos sencillas opiniones y reflexiones jurídicas, por lo que modestamente el libro puede ser una especie de mini-manual para los que se inician en la profesión o ingresan en el Turno de Oficio, además de elenco de casuísticas  jurídicas que supongo serán de interés para la abogacía en general

Así mismo, y considerando que el autor fue promotor del Pacto Electoral de ALTODO con la candidatura inicial de Dña. Sonia Gumpert Melgosa, no podía faltar en el libro cómo el hoy Vicedecano conoció a nuestra actual Decana y como se gestó el proyecto que nos llevaría a la Junta de Gobierno en las Elecciones ICAM del 18/12/2012.

Tantos años en el Turno de Oficio da para muchas anécdotas. ¿Nos puede adelantar alguna que cita en el libro?

En lo que se refiere a la descripción y comentarios de los casos que llevé como abogado de oficio el libro está lleno de anécdotas aunque sus protagonistas son anónimos. La verdad es que desde hace más de 25 años que el autor está en el Turno de Oficio no recuerda haber tenido ni una sola guardia en la que faltarán las historietas, tanto con los justiciables como las añadidas en las salas del Foro. Propiamente el libro lo empecé a escribir a raíz de una esperpéntica anécdota judicial narrada en su primer capítulo. Así que en vez de adelantar alguna de ellas me permito recomendar a los lectores de esta entrevista a que se hagan con la obra pues no van a quedar ávidos con el abanico que el libro ofrece.

Usted ha sido presidente de ALTODO y un “activista” férreo en defensa de los abogados del turno. ¿Cómo está la situación actual, y cómo ve el futuro inmediato del Turno de Oficio?

Para mí ser abogado de oficio ha sido, es y será un honor. No sólo por lo que tiene de prestación social y escuela de abogacía real y práctica, sino porque mis mejores satisfacciones profesionales las he obtenido defendiendo a justiciables sin recursos. Por ello para mí el Turno de Oficio es una prestación necesaria e imprescindible para garantizar la tutela judicial efectiva y la igualdad ante la Ley. Para los Colegios de Abogados debería ser su patrimonio moral y no únicamente la gestión obligada de un servicio público. Así lo he entendido siempre.

Sin embargo, salvo honrosas excepciones, para los Colegios de Abogados el Turno de Oficio y sus letrados son una especie  de pariente pobre, y para las administraciones públicas una prestación que hay que financiar porque “no hay más remedio” pero siempre bajo la injusta sospecha de presuntos abusos por justiciables y abogados, de modo que con esa mentalidad su política es abaratarla y si es posible privatizarla.

Así las compensaciones que hoy se abonan en la Comunidad de Madrid a los abogados de oficio por los asuntos que se le turnan, siempre que puedan justificar su inicio y fin, asuntos que pueden durar años, son casi poco menos que una limosna que no compensa ni su dedicación ni gastos, mayormente cuando nada se le abona al abogado cuando al justiciable posteriormente no se le concede el beneficio y el letrado ha realizado parte o todo el trabajo.

Por tanto, ayer y hoy la dignidad del Turno de Oficio y sus abogados  sigue siendo una asignatura pendiente pues la prestación año tras año no ha dejado de asolarse.

Por ello, por la convicción de defender el Turno de Oficio y sus letrados, el autor y otros dos compañeros de ALTODO llegamos a la Junta de Gobierno del ICAM, con el firme deseo y voluntad de cambiar esa precariedad y tendencia histórica a su desaparición por desfallecimiento.

Sin duda la Junta de Gobierno del ICAM ha hecho mucho por el T.O. y el SOJ comparado con el estado de cosas que teníamos en el año 2012,  y  en lo referente a la mejora, racionalización y eficacia del servicio, además de que la relación del Colegio con los abogados de oficio poco tiene que ver con otras épocas colegiales y aunque todavía queda mucho por andar en orden involucrar a las asociaciones de abogados en la plena participación democrática de la gestión colegial.

Ahora bien, lo cierto es que la pelea con la Consejería de Justicia con el fin recuperar el 20 % que nos recortó Dña. Esperanza Aguirre y actualización justa de los precios al 2016, que se remontan al 2003, aún sigue siendo asignatura verdaderamente pendiente, a pesar de que a final del año pasado con la nueva administración se ha logrado recuperar el 10 % del recorte y algunos procedimientos se han revisado al alza mientras que otros a la baja, con lo cual puede ocurrir que a fin de cuentas estemos en “lo comido por lo servido” incluso habiéndose obtenido que en 2017 y 2018 se recuperará el 7 y 3 % recortado en 2012, considerando además que en estos años los expedientes anuales han disminuido y que el colectivo ha crecido, por lo que el reparto de asuntos es decreciente para cada abogado.

En fin, personalmente mucho me temo que esta lucha reivindicativa va a ser interminable.

En muchos países están hablando del alto coste de acceso a la Justicia. En el Reino Unido un 32% de la población no puede acceder a la Justicia. ¿En España, aunque digan que pleiteamos mucho, cual puede ser la tendencia?

Lo cierto es que la Asistencia Jurídica Gratuita en España es muy superior a esa prestación en los demás Estados de la UE y en el ámbito internacional. Realmente de por ley el modelo español es mucho más beneficioso que en cualquier otro país. El denominador común de los países de la UE es restringir el derecho por lo que sólo se concede a los pobres de solemnidad. En España se acaba de reformar la Ley de AJG introduciendo ciertas limitaciones y recortes cuyo espíritu es la tendencia a homologarse con los países de la UE, aunque los abogados de oficio vamos a seguir estando en la trinchera de la defensa a ultranza de un Turno de Oficio Digno.

En la contraportada del libro le vemos sentado en la Puerta del Sol con un cartel de reivindicación. Muchos abogados tienen problemas de llegar al fin de mes. ¿Cómo podemos volver a dignificar el papel de los abogados en la sociedad? ¿Quizás su libro en tono más literario y divulgativo sea un paso en la dirección correcta?

Lo cierto es que es el ilustrador el que me ha puesto sentado con el cartel en la Puerta del Sol aunque en la foto original estoy sentado en el césped  de uno de los parterres  del Paseo del Prado, enfrente del Museo Thyssen-Bornemisza, después de una manifestación de abogados de oficio. Supongo que el ilustrador ha querido significarme en la Puerta del Sol pues allí es donde nos concentrábamos con togas pero sin sentarnos en el suelo, sino de píe derecho con todo tipo de pancartas, megáfonos, silbatos y ruidosas cacerolas.

En realidad, la mayoría de los compañeros que estamos en el Turno de Oficio es por pura vocación. Que un abogado viva de los emolumentos como abogado de oficio hoy por hoy no es viable. Las percepciones que recibimos contribuyen a enjugar la cuota colegial y algunos gastos del despacho. Para los letrados que se inician en la profesión el Turno de Oficio, como he dicho, es escuela jurídica y tener unos mínimos ingresos que le alivien en despegar como abogado particular, aparte de que si la prestación se realiza como Dios manda de los justiciables de oficio surgen clientes particulares por el boca a boca. Por otra parte, hoy con la crisis que afecta a gran parte de la población y la competencia del voluminoso censo de colegiados ejercientes casi me atrevería a decir que el 80 % de los abogados nos vemos y deseamos para llegar a final de mes, estemos o no en el Turno de Oficio.

No hay un problema de dignificación de la profesión pues la inmensa mayoría de los abogados somos muy dignos en el ejercicio de nuestra dedicación, y de hecho las infracciones de deontología son casi insignificantes estadisticamente. El problema quizás sea la percepción que el público tiene sobre el abogado y en esto el Colegio tiene mucho que hacer mediante una política de prestigiar a la profesión, informar quién es y qué hace un abogado y acercar al gran público a los abogados y al Colegio. En mi modesta opinión esta es otra de las asignaturas que también tenemos pendiente, al igual que para el Consejo General de la Abogacía Española.

Y finalmente, con sus años de experiencia sobre las espaldas, ¿cuáles serían sus consejos para los abogados del turno de oficio para que “no tiren la toalla”?

Más que  para que los abogados de oficio no tiren la toalla que hagan honor a una de las profesiones más antiguas y grandiosas del mundo, y que la practiquen con auténtica vocación y honestidad, con independencia y libertad, estableciendo una relación cálida con su cliente que le permita conocer la verdad de su asunto ya que es la única forma de ejercer una defensa técnica eficaz, hablándole con total claridad sin ambages. Que trate al justiciable de oficio como si fuera un cliente particular. Que sea tolerante y comprensivo con la idiosincrasia particular  de cada cliente y lleno de paciencia para atenderlo en sus requerimientos pues los abogados, y más los de oficio, somos similares a los médicos. Que al estudiar un caso tengan trillada ya la jurisprudencia que afecta al asunto ya que no existe juicio alguno que no deba prepararse concienzudamente con los correspondientes apuntes por escrito. Que antes del juicio se asegure de leer la cartilla a su patrocinado para que haga un buen papel. Que destierren la prepotencia pues lo imprevisible es el pan nuestro de cada día en los plenarios en los que hay que comportarse con sencillez y modestia, no echando en olvido que la suerte del pleito, a veces, nos la ofrece la contraparte, por lo que no se empecinen en nada aprovechando las oportunidades y ponderando lo que es o no posible. Que en definitiva hagan amistad con su defendido sin convertirse en uña y carne pues perderá la objetividad. Cierto que esta profesión es muy dura por lo que resulta incuestionable que hay que ser incombustible y todo terreno. Y si así lo hacen lo demás les vendrá por añadidura.

 

 

 
 
 

 

 

 
 
 
 
 
 
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