El aumento en la desigualdad de género y el disparo de la temporalidad son los dos aspectos más significativos de los resultados de la última Encuesta de Población Activa (EPA), según Àngels Valls, profesora del departamento de Dirección de Personas y Organización de ESADE Business & Law School. La experta, aunque ve positivo el descenso del paro y el aumento de la contratación, advierte que el mercado empieza a reflejar los mismos desequilibrios que ya padecía antes de la crisis: “Crece de nuevo la diferencia en la tasa de paro entre hombres y mujeres, y el índice de temporalidad se vuelve a disparar —explica Valls—. Es, una vez más, la crónica de una muerte anunciada”.
Diferencias en la tasa de paro y aumento de la temporalidad
En relación al primer apartado, la profesora de ESADE hace referencia al incremento en la tasa de actividad dentro del colectivo femenino, que ha sido de 59.000 personas más y que compensa la caída en la actividad de los hombres: “Este crecimiento lleva a una menor reducción de la tasa de paro de las mujeres y agranda la diferencia entre ésta [21,82%] y la de los hombres [18,41%]”. “Parece como si el efecto llamada de la recuperación sólo lo oyeran las mujeres”, advierte.
En cuanto a la temporalidad, la profesora de ESADE indica que “al principio de la crisis, la destrucción de empleo se cebó con los contratos temporales, circunstancia que nos llevó a un nivel aceptable de cara a la calidad del empleo”. “Sin embargo, la recuperación, que además se está centrando en el sector servicios, ha hecho que la temporalidad se empiece a disparar de nuevo y ya estemos cercanos al 26%”, comenta.
Parados de larga duración y contratos fijos discontinuos en la Administración
Valls habla de calidad en el empleo, pero también en el desempleo, ya que “empieza a ser preocupante el elevado índice de parados de más de dos años de duración entre el colectivo de desempleados”. La profesora de ESADE hace referencia a que, en la actualidad, el 58% de los parados lleva más de un año en ese estado y que, de ésta proporción, otro 73% lleva más de dos. “Para ellos, cada vez es más difícil el acceso al mercado laboral y tampoco hay políticas activas de empleo que les puedan ayudar”, señala.
Por último, Àngels Valls pide una reflexión en cuanto a la destrucción de empleo en el sector público que refleja la EPA durante este último trimestre. Un dato que, sin embargo, cambia de signo cuando se habla en términos de empleo interanual, donde ha generado más de 38.700 empleos. “Contratación y descontratación, o el llamado contrato fijo discontinuo —aclara la profesora—. Una mala praxis que también se da en el sector privado, pero que, en el caso del público, llama todavía más la atención”.