La crisis sanitaria a consecuencia de la expansión del COVID-19 está haciendo mella en la economía española y en las perspectivas de los directivos, ya que el 74% de ellos consideran que la situación económica es “mala” o “muy mala”, con lo que su confianza se sitúa en niveles de 2013, según las conclusiones del tercer sondeo del informe ‘La empresa española ante el COVID-19’, elaborado conjuntamente entre KPMG y CEOE.
Además, el 51% de los empresarios asegura que no tendrá más remedio que reducir plantilla para intentar hacer frente a la situación aunque, en paralelo, el 41% afirma que la mantendrá en los niveles actuales. El mencionado 51% supone un aumento de 8 puntos porcentuales respecto al anterior sondeo, realizado hace solo tres semanas.
Para afrontar esta grave situación, el 35% de los encuestados ha recurrido a los expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE) por fuerza mayor mientras que el 16% ha aplicado ERTE o reducción de jornada por causas productivas. A su vez, el 25% ha puesto en marcha medidas de flexibilización de la jornada laboral y el 23% ha favorecido la anticipación de vacaciones a sus empleados.
Por su parte, Hilario Albarracín, presidente de KPMG en España, ha afirmado que “las empresas están enfocadas en resolver no solo sus problemas actuales de liquidez, cadenas de suministros o de gestión de personas, sino que también se están preparando para transformar sus modelos de negocio a medio plazo en la nueva realidad que surgirá después de esta crisis”.
La compleja situación en la que desarrollan su actividad las empresas en este momento en España, así como en muchos otros países, está teniendo impacto también en la remuneración de los empleados ya que el 38% de ellas anticipa que tendrá que rebajar las condiciones económicas de sus plantillas, mientras que el 34% cree que tendrá que recurrir al diferimiento de la remuneración o la reducción/eliminación de los complementos variables de este año, tanto para empleados como para directivos.
En cuanto a la facturación, el 77% de las empresas espera descensos, 7 puntos más que en el pulso anterior, mientras que el 11% cree que se mantendrá igual y el 12% que aumentará.
La crisis está afectando a todas las áreas de las compañías aunque sobresale sobre el resto los ratios de liquidez y la tesorería, que es mencionada por el 55% de los encuestados, dos puntos porcentuales menos en este caso que hace dos semanas, seguida de la estrategia comercial, que ha sido modificada por el 55% de los directivos, frente al 49% del anterior sondeo. Por el contrario, conforme pasan las semanas el impacto de la crisis en la gestión de personas se va a asimilando de forma que este aspecto pasa a una tercera posición, señalada por 47% de los directivos, frente al 63% anterior.
Todas las medidas que están tomando las empresas son fruto de la caída de la actividad derivada de las restricciones provocadas por el estado de alarma, aun así un 32% ha podido mantener activa más del 80%. Por el contrario, un 34% ha podido mantener funcionando menos de un 20% de su actividad.
Como era de esperar, todo lo anterior encaja con la opinión que tienen los empresarios españoles sobre el futuro de economía. A un año vista, la situación no mejora sustancialmente ya que el 67% cree que la economía española estará peor o mucho peor, aunque llama la atención que esta cifra es 5 puntos porcentuales inferior a la de hace dos semanas, o lo que es lo mismo, disminuye levemente el pesimismo de los empresarios españoles respecto al futuro a medio plazo.
En este escenario, y como era de esperar, el capítulo de la inversión es otro de los que sufrirá, ya que el 64% de los empresarios asegura que lo reducirá, frente al 56% de hace solo dos semanas, lo que da una idea de la velocidad a la que se están precipitando los acontecimientos relacionados con esta crisis sanitaria.
Otra de las conclusiones que arroja este informe es la relativa a la presencia internacional que, pese a todo y seguramente fruto de las enseñanzas aprendidas de la anterior crisis económica, se mantiene fuerte ya que solo el 19% de los empresarios asegura que la reducirá. No obstante, esto supone un aumento de 6 puntos porcentuales respecto al anterior dato.