Victoria Camps; María Teresa Fernández de la Vega; Antón Costas; y Fernando Ledesma
Apadrinado por la consejera permanente Victoria Camps y por el consejero permanente Fernando Ledesma, el presidente del CES, Antón Costas, ha tomado posesión de su cargo como consejero nato del Consejo de Estado en un acto solemne presidido por María Teresa Fernández de la Vega.
De la Vega, presidenta del Consejo de Estado, se ha mostrado «particularmente contenta, porque tras dos años volvemos a tener representación de una institución que comparte con el Consejo de Estado una función, la de aconsejar». De la Vega, que ha recordado que «todo lo que Antón Costas sostenía en su último y fascinante libro, El final del desconcierto. Un nuevo contrato social para que España funcione, sigue vigente en este 2021: esta pandemia ha agravado hasta límites insoportables la inequidad. Y es que, como recuerda nuestro nuevo consejero nato, el modelo de economía social de mercado viene arrastrando un problema fundamental desde los años 90, y es que ha perdido el componente ‘social’, se ha descolgado por el camino».
De economía social y de un nuevo contrato social ha hablado Antón Costas en su discurso de aceptación. Costas, economista, catedrático de Política Económica en la Universitat de Barcelona y, desde hace pocas semanas, presidente del CES, ha señalado que «existe un profundo malestar y decepción con las orientaciones que han seguido las políticas económicas y sociales en las últimas décadas. El motivo de esta decepción se fácilmente comprensible: venimos de décadas de crecimiento económico sin progreso social».
La respuesta a este desafío es, para Costas, clara: «Necesitamos construir un nuevo contrato social que reconcilie crecimiento económico con progreso social, sostenibiliad ambiental y democracia».
Para conseguir este nuevo contrato social, tanto Fernández de la Vega como Costas han destacado esta mañana la importancia fundamental de las instituciones. «Costas ha sostenido que no puede haber una democracia liberal que no esté basada en el consentimiento voluntario de los ciudadanos a lo que hacen sus Gobiernos. Y ha subrayado que, en una sociedad plural, un debate profundo y riguroso en sus instituciones puede contribuir e incluso puede generar ese consentimiento. No puedo estar más de acuerdo», ha señalado De la Vega. Y ha recordado que «el Consejo de Estado se precia de ser una de esas instituciones en que se debate y se dialoga, con profundidad, con rigurosidad y con serenidad y discreción sobre muchos asuntos relativos a la Adminsitración. De esa manera contribuimos a la construcción de ese consentimiento social, ingrediente fundamental de la democracia».
Esta importancia de las instituciones consultivas, como el Consejo de Estado y el Consejo Económico y Social, ha sido reiterada por Costas durante su intervención ante el Pleno: una «misión» de la administración consultiva del Estado, «de la que el Consejo de Estado es clave de bóveda».
Para Costas, la relevancia de las instituciones consultivas radica en la «intensidad de los desafíos que vienen» y en la «necesidad de responder» tanto a esos desafíos como a la decepción generada por las políticas económicas llevadas a cabo en las últimas décadas. «La necesidad de responder a la decepción mediante políticas económicas y sociales democráticas. La necesidad de responder a la incertidumbre radical con políticas y reformas consensuadas. Y la necesidad de conciliar una economía dinámica con el progreso social y la igualdad de oportunidades».
