Dolores Delgado y Álvaro García Ortiz
El hasta ahora jefe de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado y mano derecha de Delgado ha asumido las funciones de fiscal General en sustición de Dolores Delgado que había presentado su renuncia por motivos de salud. Delgado sufre desde hace tiempo una grave lesión de la columna vertebral que requirió una intervención que consistió en la eliminación de un quiste sinovial que comprimía el conducto de las vértebras L2/L3 del lado derecho, así como la eliminación de una fractura de la faceta articular de la vértebra, con una columna muy afectada que obligará a nuevas intervenciones quirúrgicas.
Según la fiscalía “Delgado ha subrayado lo difícil de una decisión en la que ha tenido que conjugar su inequívoca vocación de servicio público con un alto sentido del deber y responsabilidad, lo que le ha llevado a la convicción de que no se encuentra en las condiciones físicas exigidas para tan alta función.”
Álvaro García Ortiz ingresó en la Carrera Fiscal en el año 1999 siendo destinado en régimen de adscripción provisional a la fiscalía de Mahón en Menorca. En el año 2002 fue nombrado fiscal delegado de Medio Ambiente en Santiago de Compostela interviniendo en el caso del Prestige. Fue portavoz y después presidente de la Unión Progresista de Fiscales (UPF) entre 2013 y 2017. García Ortiz es fiscal de sala, máxima escala dentro de la carrera fiscal.
Reacciones
La Asociación Profesional Independiente de Fiscales, APIF, califica de sorpresa la designación de Álvaro García Ortiz y comenta: «El ahora candidato a FGE ha sido corresponsable en todo aquello que ha merecido la crítica a la Institución, y, por tanto, participa sin matices del fracaso y desprestigio de la gestión de Dolores Delgado, por lo que su elección solo se explica desde la indiferencia al daño causado a la institución y a la Justicia española.
Mientras la Unión Progresista de Fiscales agradece a Dolores Delgado «la labor como Fiscal General del Estado y su desempeño en el cargo con rigor y respeto máximo a los principios de legalidad e imparcialidad(…).» Y al nuevo FGE desean «los mejores y mayores éxitos porque serán de la propia ciudadanía y de la carrera fiscal.»
