Pol Olivet Rivera

Después de una semanas de confinamiento el primer recuerdo debe ser, sin duda, para las víctimas, afectados directos de esta enfermedad y de todos y todas aquellos que les cuidan (y nos cuidan); médicos, médicas, enfermeros, enfermeras, personal sanitario en general, pero también de todos aquellos que prestan un servicio de primera necesidad en establecimiento que siguen abiertos al público y permiten que los afortunados que estamos confinados sigamos con nuestras vidas.

En el plano laboral intentamos en CA Abogados penalistas que la rutina siga. Por nuestra jurisdicción quedan algunas actuaciones con preso o detenido que siguen vigentes y hay que atender, lo que nos mantiene en constante alerta. Aprovechamos también para entrar de pleno en grandes causas que necesitan más tiempo para controlarlas y que la vorágine del día a día hacen que queden encima de la mesa. Por supuesto, la formación ahora más que nunca es una constante. Compagino estas tareas con la docencia en la Facultad de Derecho de la UB, lo que supone un reto para la comunidad universitaria. No cabe duda de que supondrá un cambio en la enseñanza.

En el plano familiar en nuestro caso contamos con carnet de familia numerosa por lo que, aquellos que lo compartan sabrán, es incompatible con el aburrimiento. Tenemos en casa edades comprendidas entre los tres meses y los nueve años, así que existen diferentes necesidades a las que nos vamos adaptando. Intentamos turnarnos a la hora de trabajar, siempre con aquel sentimiento de culpa de no hacer lo suficiente y, a la vez, de no prestar suficiente atención a los de casa. Y por qué no decirlo, una cierta frustración para tomarte aquél tiempo que pensabas que tendrías para, por ejemplo, leer aquello que tienes pendiente y que sabes ahora que necesitarías estar un año encerrado para acabar.

En el plano colegial, desde el GAJ Barcelona intentamos seguir conectados al máximo con los nuetros; entre otras, hemos activado el GAJ t’escolta virtual. Como colectivo, no podemos permitir que ningún compañero o compañera quede atrás, por ello, es imprescindible que los que podamos, sigamos contribuyendo al mantenimiento de la institución para que ésta pueda dar respuesta.

En el plano social, la mayor de las preocupaciones como antes comentaba es, sin duda, las pérdidas humanas. Sobretodo de los más mayores a los que parece que como sociedad hemos olvidado, lo que merece una urgente y profunda reflexión colectiva. Me preocupa también la pérdida de derechos que pueda comportar. Sabemos que en momentos de crisis, de shock, se aprovecha para realizar recortes a las libertades y derechos que se venden como “inevitables”. Lo mismo ocurre con la privacidad. Me gustaría ser optimista y pensar que, después de que todo esto pase, seremos conscientes realmente de la importancia de los servicios públicos y que aquellos que dolosamente realizaron recortes en beneficio de la privatización, tengan la respuesta que merecen por parte de la ciudadanía. Si esto sucede, algo bueno habremos aprendido.

Me permito terminar con tres recomendaciones;

Literaria: Nueva Ilustración Radical, de Marina Garcés, Anagrama.

Seriéfila: This is Us, Prime Video.

Musical: This must be the place (Naive Melody), Kishi Bashi.