Estimado
Estimado
navegante:
Hace
unos
días
tuve
la
oportunidad
de
acudir
al
Congreso
de
los
Diputados
y
asistir
en
su
Comisión
de
Justicia
del
Congreso
a la
comparecencia,
primera
en
su
recién
estrenado
mandato
de
Carlos
Lesmes,
presidente
del
CGPJ
y
del
Tribunal
Supremo.
Hay
que
agradecer,
en
primer
lugar,
que
se
cambiase
el
formato
aburrido
de
otros
años
y
que
el
propio
ponente
tuviera
la
deferencia
de
hacer
un
resumen
en
una
hora
larga
de
la
situación
de
la
justicia
y
sus
prioridades
para
luego
escuchar
a
los
grupos
parlamentarios.
Fuera
de
las
reformas,
algunas
ya
en
marchas
y la
mayor
parte
de
ellas
cuestionadas
por
toda
la
oposición,
tres
de
los
seis
grupos
parlamentarios,
PSOE,
CIU
Y
PNV
abordaron
la
delicada
situación
de
los
jueces
sustitutos
españoles.
Como
bien
sabe
nuestro
lector
y
aquí
venimos
denunciando,
estos
profesionales
con
más
de
diez
años
de
experiencia
muchos
de
ellos
a
sus
espaldas,
están
ahora
al
margen
del
sistema
judicial
por
la
Ley
Orgánica
8/2012
de
28
de
diciembre
que
restringe
su
presencia
en
la
plantilla
judicial
pese
a la
situación
de
nuestros
juzgados.
En
total,
las
cifras
oscilas
entre
1000
jueces
y
300
fiscales
sustitutos
que
están
en
tierra
de
nadie,
sin
poder
trabajar
porque
perderían
la
posibilidad
de
volver
al
sistema
judicial,
pero,
por
otro
lado
sin
poder
cobrar
ninguna
cantidad
ni
desempleo.
Esto
ha
hecho
que
tras
diferentes
reclamaciones
su
situación
haya
llegado
en
forma
de
queja
a
Bruselas.
http://goo.gl/KdSpxE
Este
asunto
volvió
a
salir
a la
palestra
en
el
citado
debate
parlamentario.
A
nadie
se
le
oculta
que
la
situación
de
nuestra
justicia
es
lamentable.
Hay
señalamientos
para
cuatro
años.
Y
jurisdicciones
como
la
social
o la
penal
están
crónicamente
atascadas.
El
legislador
en
una
decisión
incomprensible
retiró
a
estos
profesionales,
jueces
sustitutos,
un
tercio
de
la
plantilla,
sin
hacer
ningún
tipo
de
refuerzo
posterior.
Tampoco
le
ha
preocupado
la
situación
que
viven
algunos
de
ellos,
con
unos
problemas
económicos
que
tienen
sin
haber
hecho
nada
más
que
hacer
su
trabajo.
En
este
escenario
de
dilaciones
y
retrasos,
las
400
plazas
que
quiere
promover
el
CGPJ
ahora
se
antojan
insuficientes
para
un
país
que
tiene
el
ratio
de
jueces
por
cien
mil
habitantes
más
bajo
de
Europa.
Hacen
falta
más
jueces.
Así
lo
comentaron
las
asociaciones
judiciales
a
nuestro
diario.
Angel
Dolado,
decano
de
Zaragoza
y
Presidente
del
Foro
Judicial,
cifraba
en
duplicar
la
plantilla
para
salir
de
la
situación.
http://goo.gl/KQFVnK
Curiosamente
ha
sido
el
presidente
Lesmes
quien
ha
dado
una
de
las
posibles
soluciones
al
problema
de
los
jueces
sustitutos
http://goo.gl/ezpcnW
que
por
desgracia
se
eterniza
en
el
tiempo
para
estas
personas
y
sus
familias.
Tras
agradecer
´públicamente
el
trabajo
de
estos
profesionales
el
presidente
del
CGPJ
señaló
que
compete
al
legislador
hacer
una
reforma
legislativa
para
que
puedan
incorporarse
a la
carrera
judicial
con
el
resto
de
jueces.
En
un
país
con
los
juzgados
atascados,
con
20.000
millones
de
euros
que
no
circulan
porque
se
encuentran
en
sede
judicial
no
podemos
permitirnos
tener
a
los
jueces
sustitutos
sin
trabajar.
Hablamos
de
profesionales
con
amplia
experiencia
que
en
la
mayor
parte
de
los
casos
han
respondido
con
creces
a
sus
exigencias.
Hagamos
esa
reforma
legislativa,
el
proyecto
ahora
en
debate
de
la
nueva
LOPJ,
podría
ser
el
lugar
adecuado
para
consensuar
un
texto
entre
todas
las
fuerzas
políticas.
Y en
ese
texto
que
debería
contar
con
el
apoyo
del
presidente
del
CGPJ
y de
las
asociaciones
judiciales
establecer
el
mecanismo
progresivo
de
incorporación
de
estos
jueces
y
fiscales
sustitutos.
A
nadie
se
le
escapa
que
si
la
propia
carrera
judicial
y
sus
representantes,
el
organismo
que
gestiona
este
colectivo
profesional,
se
pone
en
cabeza
de
dicha
petición,
sería
más
sencillo
tener
de
nuevo
a
estos
profesionales
en
los
juzgados
correspondientes.
El
debate
de
los
jueces
sustitutos
(nunca
un
apelativo
fue
tan
injusto
para
unos
profesionales
que
hacen
el
mismo
trabajo
que
los
llamados
titulares,
pero
no
tienen
los
mismos
derechos)
abre
otro
asunto;
el
acceso
a la
carrera
judicial.
No
es
el
momento
de
entrar
a
fondo,
aunque
si
señalaré
que
una
oposición
memorística
y
dos
años
de
práctica
en
la
Escuela
Judicial
no
garantiza
que
el
juez
esté
formado
como
método
habitual
de
convertirse
en
juez.
Todos
estos
futuros
jueces
cuentan
con
preparadores
para
poder
saldar
con
éxito
la
citada
oposición.
Pero
ser
juez,
como
tantas
otras
cosas,
se
conocen
a
fondo
con
la
práctica.
Frente
a
él,
el
llamado
cuarto
turno,
con
cada
vez
menos
plazas,
permite
a
abogados
y
juristas
de
prestigio
acudir
a la
carrera
judicial
con
al
menos
diez
años
de
experiencia
en
un
concurso
oposición.
En
algunos
círculos
jurídicos
se
señala
que
el
método
concurso
oposición
podría
ser
el
más
idóneo
para
el
futuro
juez.
Urge
pues
trabajar
en
pro
del
ciudadano.
Y
dotar
al
servicio
público
de
justicia
de
los
medios
materiales
y
humanos
para
que
pueda
funcionar
como
se
desea.
Por
desgracia
el
tiempo
corre
en
contra
nuestra.
Formar
a
los
jueces
que
nos
hacen
falta
incrementaría
aún
el
problema
Por
este
motivo,
dejar
al
margen
a
estos
profesionales,
el
veinte
por
ciento
de
la
plantilla
judicial,
ahora
sin
derechos
sociales
básicos,
no
nos
lo
podemos
permitir.
En
juego
está
la
viabilidad
del
sistema
judicial.
Nos
leemos
en
twitter
Un
abrazo,
@LuisjaSánchez