Pilar Menor, copresidenta global del área laboral de DLA Piper, Senior Partner y socia responsable de Laboral en España
El tiempo pasa volando, llega el 8 de marzo y celebramos nuevamente el día de la mujer, es buen momento para reflexionar si los avances en igualdad también alzan el vuelo.
A priori parece que nuestro entorno político y legislativo favorece el avance, el gobierno se define como feminista, tenemos un Ministerio de Igualdad y recientemente se ha legislado en la materia, destacando los Reales Decretos sobre planes de igualdad e igualdad retributiva, los hombres ya disfrutan el permiso por nacimiento y cuidado del menor de 16 semanas, las institucionales expresan su compromiso con la igualdad y el concepto de perspectiva de género aparece en algunas sentencias cumpliendo el mandato del art. 4 de la Ley Orgánica de Igualdad que dispone: «La igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres es un principio informador del ordenamiento jurídico y, como tal, se integrará y observará en la interpretación y aplicación de las normas jurídicas».
¿Se ha materializado todo esto en un notable avance hacia la igualdad real? A pesar de ese panorama favorable y de los esfuerzos todavía queda camino por recorrer, la pandemia ha agudizado algunas diferencias, las normas de igualdad no son fruto de consenso en el dialogo social como convendría, vivimos en una sociedad polarizada donde faltan consensos sobre grandes temas como este. La igualdad nos ocupa a todos, no es patrimonio de nadie, ni siquiera de las mujeres, sin involucrar a los hombres es difícil avanzar y el panorama actual está provocando cierta saturación en algunos e incluso la tergiversación del significado del feminismo que no encarna la lucha de las mujeres contra los hombres sino la búsqueda de la igualdad de oportunidades en cuestiones tan importantes como educación, salud, acceso a la toma de decisiones, el acceso a la independencia financiera, a un trabajo de calidad etc. No olvidemos que la igualdad va de la mano de la democracia y la justicia.
Los datos objetivos demuestran que España existe brecha salarial, a pesar de los avances la presencia de mujeres en puestos directivos y consejos de administración es reducida, las mujeres se jubilan cobrando menos, disfrutan mayoritariamente las medidas de conciliación (leo en el informe reciente de un sindicato las mujeres disfrutaron el 80% de las excedencias por cuidado de menor durante la pandemia) lo que demuestra que, un año más, suspendemos en corresponsabilidad.
Pienso en el sector jurídico y en la situación de los despachos de abogados y aunque la apuesta por la igualdad es clara y hemos experimentado un notable avance en las últimas décadas el problema sigue enquistado: las abogadas estamos muy bien representadas en cantidad y calidad, pero el porcentaje de mujeres socias es pequeño, los socios directores de los grandes despachos son mayoritariamente hombres y los rankings de las grandes operaciones los lideran abogados. Los despachos declaramos aplicar un sistema meritocrático, pero si no hay mujeres socias, ni “a los mandos” de los despachos ni de las grandes operaciones algo falla ya, no es por falta de talento ni de méritos. Definitivamente, hay que pisar el acelerador para avanzar.
Quiero reflexionar también sobre el papel de los clientes, ellos tienen el poder de compra y gran capacidad para influir el cambio y orientar las políticas de los despachos, sin la confianza de los clientes los despachos no existiríamos, nos debemos a ellos y la mayoría de nuestras estrategias y esfuerzos se dirigen a prestar un mejor servicio. Los retos de nuestros clientes son los nuestros y debemos estar a la altura, la globalización, la evolución digital, la disrupción causada por la pandemia también y, muy importante, la sostenibilidad. Los inversores ya apuestan por las compañías con criterios ESG en su estrategia. Las siglas ESG, corresponden al inglés “Enviromental, Social, Governance” y se refieren a los factores que hacen a la empresa sostenible a través de su compromiso social, ambiental y de buen gobierno. Dentro de las siglas “ESG”, la “S” encarna el pilar social de la sostenibilidad que incluye cuestiones como el respeto a los Derechos Humanos, la relación con stakeholders como personas trabajadoras y sindicatos, condiciones laborales, relación con la comunidad en la que opera el negocio, etc. La apuesta por el pilar social de la sostenibilidad implica la promoción de una empresa diversa e inclusiva que fomente la igualdad y un espacio saludable para las personas trabajadoras.
En los despachos la apuesta por la diversidad y la igualdad sin duda nos ayudará a mejorar, apostar por la igualdad conlleva beneficios importantes, es apostar de manera real y efectiva por el talento, la meritocracia, la creatividad, la innovación, la productividad, por despachos más justos y éticos y, en definitiva, apostar por la sostenibilidad, en lo que vamos de la mano de nuestros clientes. Hoy, 8 de marzo, es un día muy importante para reflexionar sobre todos los beneficios que aporta la igualdad en la cúpula de las organizaciones, en términos de ventaja competitiva, creación de valor y compromiso y satisfacción de las personas trabajadoras, cuando esto se asuma por los líderes empresariales, aceleraremos el cambio.
Especial Lawyerpress – 8 de Marzo – Día Internacional de la Mujer